Caruana cuestiona la previsión de crecimiento del PIB para este año y 2003
El gobernador del Banco de España comenzó su intervención de ayer ante la Comisión de Presupuestos del Congreso haciendo balance sobre lo que está ocurriendo en las principales economías mundiales.
Caruana atribuyó el escaso dinamismo actual 'a las fuertes caídas de las cotizaciones en los principales mercados bursátiles, al aumento de la incertidumbre y aversión al riesgo en los mercados financieros, así como a la tensión política internacional que ha ralentizado la recuperación de la confianza y ocasionado un repunte significativo del petróleo'.
Con este contexto, Caruana recordó que la actividad de la zona euro ha experimentado un dinamismo menor del esperado hace sólo unos meses. De hecho, el gobernador del Banco de España, que calificó el ritmo con el que ha iniciado la recuperación la zona euro como 'muy modesto', aseguró que es improbable que el PIB de la unión monetaria aumente más del 1% este año.
Dentro de esta coyuntura, Caruana se mostró especialmente preocupado por el descenso de la formación bruta de capital en la zona euro, cuyo componente de bienes de equipo descendió en el segundo trimestre del año a una tasa interanual del 5%. 'Aunque esta atonía inversora responde en gran medida a factores cíclicos y al impacto de las perturbaciones internacionales, refleja también las deficiencias estructurales que subsisten y que dañan la rentabilidad potencial de los proyectos empresariales', aseguró durante su intervención en el Parlamento. Como en el caso de los pronósticos realizados para la economía española, Caruana aseguró que la actividad en Europa irá recuperando vigor a partir de finales de este año o principios del próximo.
Tal y como era de esperar, el gobernador del Banco de España se refirió a las políticas presupuestarias llevadas a cabo en toda la zona. Caruana se mostró partidario de que la disciplina en busca del equilibrio fiscal sea un ingrediente imprescindible, 'no sólo para el crecimiento económico sostenido, sino también para el adecuado funcionamiento de la unión monetaria'.
Por este motivo alabó el Pacto de Estabilidad, del que dijo que incorpora la suficiente flexibilidad para que las políticas económicas puedan ajustarse en el corto plazo a las necesidades de cada país y su situación cíclica. A pesar de este clima de incertidumbre mundial, el gobernador del Banco de España subrayó que España haya sido capaz de mantener niveles de crecimiento económico real considerablemente más elevados que los que se registran en la mayoría de los países del entorno europeo. Así, para este año Caruana estima que el crecimiento de la economía española podría no exceder el 2%, de manera que sea a lo largo del próximo año cuando su tasa de avance vaya aproximándose a valores del orden del 3%, permitiendo que la tasa media pueda superar el 2,5%. De materializarse este riesgo de menor crecimiento podría darse lugar a la aparición de un modesto déficit, dijo Caruana, quien al mismo tiempo advirtió que la nueva reforma del IRPF se llevará a cabo en un escenario económico diferente al de la anterior.
Construcción y empleo, claves del caso español
La debilidad exterior se ha manifestado en el descenso de las exportaciones de bienes y servicios y en el recorte en los planes de inversión de las empresas, siendo el sector industrial el que más ha sufrido. Son, por tanto, los componentes internos los que siguen sustentando el crecimiento de España, entre los que Caruana destacó el empleo.
Precisamente la favorable evolución del empleo es, según el gobernador, el factor clave del crecimiento de la renta disponible de las familias y del mantenimiento de unos fuertes ritmos de gasto, sobre todo en bienes y servicios y en vivienda, lo que ha convertido a la construcción en el elemento más expansivo de la actual coyuntura, gracias también a los planes de inversión pública en infraestructuras. Aunque el endeudamiento de familias y empresas no difiere de lo que ocurre en Europa, Caruana apuesta por que la reactivación sea compatible con una recuperación del ahorro privado y una clara moderación de la apelación a la financiación ajena.