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Lealtad, 1

Apretar un botón no es tan fácil

Los últimos días están plagados de errores de bulto entre grandes operadores internacionales, que superan la categoría de la anécdota. Los profesionales del mercado comienzan a mostrar una gran inquietud por el fenómeno. Hace apenas dos semanas, un operador famoso de la Bolsa de Londres tumbó el mercado de futuros por un error en la ejecución de una orden. Se equivocó de botón en la máquina del ordenador.

El comentario más generalizado en Wall Street al cierre de las operaciones del miércoles fue que un operador de Bear Stearns pulsó el botón de venta, también por error, e inundó el mercado con órdenes por valor de 5.000 millones de dólares. La corriente vendedora afectó a las Bolsas estadounidenses.

La exposición puede sugerir que pulsar los botones de las máquinas de contratación es tan liviano que puede conducir a error con una facilidad pasmosa. No es así, los procesos de ejecución de órdenes cuentan con numerosos filtros de seguridad que son más importantes a medida que más elevadas son las órdenes que se introducen. Las alarmas saltan en los ordenadores '¿Está seguro que quiere ejecutar la orden? ', preguntan las máquinas a los operadores. Por eso, hay quien anda con la mosca detrás de la oreja y sospecha que con la disculpa por error se ha conseguido generar un movimiento previsto con antelación. Los reguladores, de ser así, deberían actuar con rapidez.

Hay, no obstante, quienes no van más allá del error. Señalan que la Bolsa actual, volátil y especulativa como nunca, se asemeja mucho al viejo Oeste. Los pistoleros pasaban horas y horas entrenándose para desenfundar el revólver más rápido que el contrario, porque la vida dependía de ello.

Si es así, muchos operadores no sólo no están entrenados en el manejo de las máquinas, sino que mueren víctimas de su propio disparo.

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