El Nikkei se apunta al carro alcista
La bolsa de Tokio registró hoy un fuerte ascenso fundamentado en la expectativa de que el Gobierno acelerará las medidas para liquidar los millonarios créditos incobrables de la banca e inyectará de nuevo fondos a las entidades.
Al cierre, el Nikkei 225 subió 209,52 puntos, un 2,24%, hasta terminar la semana en 9.530,44 puntos. El Topix sumó 22,27 puntos y finalizó en 936,22 puntos. El volumen de negociacio fue de 795,58 millones de acciones, frente a los 608,26 millones de ayer.
Las alzas superaron a las bajas por 1.211 contra 165, mientras que 110 valores repitieron cotización. El alza fue generalizada, con avances destacados en las casas de valores, la banca y las aseguradoras.
El sector bancario registró un avance de más del 4% auspiciado por las compras de los inversores institucionales tras el informe de que la Agencia de Servicios Financieros aumentará la compra de los créditos irrecuperables de las entidades.
A la tónica optimista contribuyó el ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa, al anunciar poco antes de partir para Washington que en la reunión económica de los siete países más industrializados del fin de semana, dará a conocer el plan de inyectar fondos públicos a las entidades para ayudar a reducir los créditos incobrables.
El grupo bancario Mitsubishi Tokyo Financial avanzó un 5,31%, el Mizuho Holdings ganó un 6,69% y el banco Sumitomo Mitsui, el líder del día en volumen y valor de negociaciones, sumó un 5,09%.
En el sector del motor las alzas fueron lideradas por Toyota (+2,21%) pese a que la empresa desmintió hoy un informe periodístico según el cual la caída de la demanda en Japón la obligará a recortar su producción interna. Además de Nissan, que avanzó un 1,64%, ganaron Honda (1,0%), Mazda (+1,38%) y Mitsubishi (+1,21%).
Los exportadores de productos de alta tecnología Sony y Canon registraron alzas respectivas del 3,09% y el 3,54%. Entre los descensos destacaron los de Tepco (-1,7%), empresa energética implicada en la falsificación sistemática de averías en sus plantas nucleares, y Tokyo Dome (-7,2%), estadio de béisbol que reconoció haber dado trato preferencial a bandas de crimen organizado locales en la distribución de entradas.