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Las presiones de Telefónica y el IPC retrasan la reforma de las tarifas

A pesar de que el Ministerio de Ciencia y Tecnología había emplazado para ayer la aprobación del nuevo price cap, presiones de última hora volvieron a posponer la luz verde definitiva al proyecto. La comisión delegada del Gobierno para asuntos económicos dejó, sin embargo, el texto 'prácticamente ultimado, a expensas de determinados retoques que no hacen obligatorio que vuelva a pasar por este organismo para su visto bueno final', según fuentes del departamento que dirige Josep Piqué. De esta forma, y según los mismos medios, la reforma se hará pública la semana que viene.

No obstante, fuentes de las operadoras dan mayor trascendencia a las dificultades que han impedido la anunciada aprobación del price cap para ayer, así como del resto de las medidas que configuran el plan de choque de Piqué para revitalizar el sector de telecomunicaciones.

La primera de ellas está en relación con el IPC y con la preocupación del ministro de Economía, Rodrigo Rato, por el efecto de la subida de tarifas en la inflación, ya de por sí lejos de los objetivos de contención marcados por el Gobierno.

Tarifas metropolitanas

Pese a que las declaraciones realizadas por Piqué el miércoles ante el Senado que anunciaban la congelación de las tarifas metropolitanas en 2003, dando a entender que Telefónica había pedido que subieran, fuentes cercanas a este operador negaron que esta alza esté entre sus intereses. Lo que solicita el ex monopolio no es la subida de uno u otro precio, sino una mayor flexibilidad general. Telefónica está muy preocupada por las restricciones que desde el Gobierno se están imponiendo a su política comercial y que impiden el lanzamiento de paquetes conjuntos de ofertas. El diseño de estas promociones implica la combinación de diferentes tipos de llamadas y van destinadas a segmentos determinados del mercado. En los últimos meses, el Ejecutivo ha paralizado la puesta en el mercado de decenas de ofertas de este tipo.

La reivindicación de Telefónica, según las citadas fuentes, es 'mayor libertad en la fijación de precios y de ofertas, y menos intervención del Gobierno'.

Por su parte, el ministro de Ciencia y Tecnología es consciente de que debe favorecer el saneamiento de la cuenta de resultados de Telefónica frenando las continuas bajadas de precios de otros años, pero no a costa de impedir la competencia al resto del sector como resultaría de una política laxa que deje plena libertad al ex monopolio para 'descremar el mercado'.

Fuentes de las operadoras aseguran que también ha contribuido a aplazar la aprobación definitiva de la reforma de tarifas el deseo del ministro Piqué de tomar un mayor protagonismo en la definición de la política de precios del Gobierno. Hasta el momento, esta competencia estaba en las manos exclusivas de Economía y su antecesora, Anna Birulés, nunca exigió tener voz en este asunto trascendental para el desarrollo de la competencia en el sector.

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