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EE UU

La Reserva Federal se ajusta a las expectativas y mantiene los tipos

En la comunicación oficial en la que explica su decisión de no mover los tipos de interés, la Reserva Federal afirmaba ayer que 'la información que tenemos desde la última vez que se reunió el comité sugiere que la demanda agregada está creciendo de forma moderada'.

A pesar de ello, dos miembros de la Reserva Federal dejaron claro, con su voto en contra, que hubieran preferido una rebaja.

El sesgo que el organismo presidido por Alan Greenspan añade a esta decisión habla de 'una política monetaria acomodaticia que, unida a un fuerte crecimiento en la productividad, debería ser suficiente para fomentar una mejora en el clima de los negocios'.

No obstante, la cauta autoridad monetaria habla de riesgos como lo viene haciendo desde que comenzara su política de recorte de tipos. En esta ocasión pone su énfasis en algo novedoso, el posible conflicto bélico con Irak. Para Greenspan y el resto de los gobernadores 'persiste de forma considerable la incertidumbre sobre el alcance y y el momento en el que se espera la recuperación de la producción y el empleo, en parte por la emergencia de unos riesgos geopolíticos crecientes'.

Las conclusiones son negativas, como lo adelanta el hecho de los votos particulares del gobernador de la Junta de la Reserva Federal Edward Gramlich y el presidente de la Reserva de Dallas Robert McTeer. 'El comité cree que en el futuro previsible, y a pesar de la estabilidad de precios, el crecimiento económico sostenido y la información que actualmente se maneja, los riesgos están inclinándose hacia condiciones que pueden generar debilidades económicas', concluye el comunicado.

Esta visión de que los riesgos adquieren peso es una posición que la Reserva Federal ya adoptó el pasado 13 de agosto.

Caída de la confianza

Algunos economistas ya han declarado en sus primeros informes tras conocer la decisión de la Reserva que esta situación puede dar lugar a una futura rebaja de los tipos. En realidad, una reducción se vería como un signo de que EE UU no ha terminado de retomar un camino de crecimiento.

El pesimista tono del informe vino precedido de datos que tampoco han ayudado a mejorar el clima. Y es que los datos elaborados por el Conference Board, y dados a conocer ayer sobre la confianza de los consumidores, muestran como ésta sigue su proceso de erosión por la posibilidad de que la recuperación económica sea tan lenta como para que pueda llegar a detenerse. Los datos correspondientes a septiembre reflejan una caída de este sentimiento no registrado desde hace 10 meses, al quedar el índice en 93,3 puntos, cuando en agosto, la última revisión (al alza) lo dejó en los 94,5 puntos.

Aunque el descenso es menor de lo esperado, ya que los analistas se han imbuido en la espiral de pesimismo, el dato sigue siendo malo porque es el cuarto mes consecutivo en el que este índice decae. Dos tercios de la economía del país se alimenta del gasto de los consumidores. Curiosamente, de la lectura detallada de los índices se deduce que, en general, los ciudadanos tienden a ver más negativamente su situación actual que la futura.

De todas maneras, la lógica que une este dato de confianza con el del gasto por parte de los consumidores está por probar en esta salida de la crisis que vive Estados Unidos. Las últimas cifras conocidas apuntan a que se sigue haciendo un esfuerzo por consumir.

¿Hasta cuando durará? Pocos economistas hacen previsiones sobre ello pero, en general, los consumidores tienen una visión negativa sobre la presente situación del mercado laboral. Además, sube el porcentaje entre los que piensan que cada vez es más difícil encontrar un trabajo.

El número de solicitudes de ayudas a los desempleados no ha hecho más que subir y uno de los datos que más robustos se mostraban hasta ahora, la compra de viviendas, da signos de agotamiento. No sólo han empezado a bajar el número de viviendas de nueva construcción, sino que, según el Conference Board, la proporción de consumidores que planea comprar una casa ha caído un 3,3% este mes, la lectura más baja desde noviembre.

Otro de los salvavidas, las tradicionalmente fuertes ventas de coches (ayudados por créditos sin interés y descuentos por parte de los fabricantes) puede dejar de serlo. Esta misma estadística muestra que han caído los porcentajes de personas que tienen intención de comprar un automóvil nuevo respecto al pasado inmediato.

Los datos, unidos a la pesimista radiografía que la Reserva ha dado del estado de la economía de EE UU, se conocen un día antes de que el Fondo Monetario Internacional haga oficiales sus perspectivas para el crecimiento de la economía. Cuando estos datos aún no han sido hechos públicos, el director del Fondo, Horst Köhler, se ha referido ya a los riesgos para la economía mundial, de la que EE UU es el líder. De todas maneras, y en clara línea con la decisión de la Reserva, Köhler dijo que no es partidario de que se rebajen más los tipos hasta que se vea el efecto de las rebajas previas.

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