China usa a 'hackers' para atacar páginas web de disidentes
Pekín ataca páginas web en su mayoría inaccesibles desde ese país, debido a lo que los internautas chinos llaman "la Gran Muralla de fuego", en referencia a la "muralla de fuego" o firewall, como se denomina en lenguaje informático a una barrera que impide la entrada de ciertas páginas o de virus en los ordenadores, según han denunciado hoy los responsables de dichas páginas.
Algunas de las "víctimas" son la página web del Gobierno del Tíbet en el exilio, las de organizaciones independentistas de la región de Xinjiang o las del prohibido grupo budista Falun Gong, algunos de los asuntos más candentes en la política interior china. También se han denunciado ataques en la página web www.freenet-china.org, una página que provee a los internautas de tecnología para traspasar la "Gran Muralla de fuego".
Mensajes y virus
Según las fuentes citadas por el diario South China Morning Post, aparecen con cada vez mayor frecuencia en estas páginas cientos de mensajes cuyos remitentes son supuestamente simpatizantes con la causa que las defienden, pero que contienen caballos de Troya, un término que alude a ciertos programas que se introducen en los ordenadores de los destinatarios y permiten al que los han mandado controlar a distancia la página web o el correo de ésta.
Los virus también son frecuentes, según señala Jack Churchward, administrador de sistemas y activista del movimiento independentista de Xinjiang Turkestán Oriental, quien subraya que en el último mes los hackers han intentado tres o cuatro veces por semana contaminar los ordenadores centrales con este tipo de programas.
"Si todo esto son juegos de piratas informáticos, está claro que se trata de personas empleadas por alguna empresa estatal china", declaró a la prensa Greg Walton, un informático que trabaja para varios grupos pro independencia del Tíbet.
Estos y otros responsables de webs de grupos disidentes señalan que los ataques, que se han prolongado durante meses, se han intensificado en las últimas semanas, a medida que se acerca la apertura del decisivo XVI Congreso del Partido Comunista, el 8 de noviembre. Pekín quiere la mayor estabilidad y ausencia de críticas posible durante esa fecha, que probablemente marcará un cambio de la cúpula de dirigentes de China y puede suponer un gran salto adelante en la democratización del país.
El recelo de Pekín hacia Internet, siempre patente, está aumentando en los últimos tiempos, como se ha visto recientemente con el bloqueo durante dos semanas del buscador Google -el más usado por los 166 millones de usuarios chinos de la red- o con el cierre de todos los cibercafés de Pekín, tras el incendio de uno de ellos en junio.