La gran banca internacional tantea el negocio por Internet en China
Cuando a finales de los años setenta China inició el proceso de apertura al exterior, a cualquier ciudadano considerado rico se le llamaba 'persona con 10.000 yuanes 1.212 euros'. Hoy este nombre ha quedado obsoleto. Pero, pese al furor consumista que recorre las grandes ciudades, donde los grandes centros comerciales se reproducen como amebas, China sigue siendo un país de ahorradores.
Si a finales de 1989 los depósitos totales de su población ascendían a 61.404 millones de euros y en 1997 sumaban 559.540 millones, el año pasado la cifra llegó a 983.280 millones.
Este atractivo panorama no ha pasado desapercibido a los bancos extranjeros, que agazapados a la espera de la liberalización del sector que traerá la entrada del país en la Organización Mundial del Comercio (OMC), han dado los primeros pasos en búsqueda de negocio en Internet.
El pasado agosto, Bank of East Asia, con sede en Hong Kong, lograba el visto bueno del Banco Popular de China para ofrecer servicios en la Red. La semana pasada le tocó la vez a HSBC (Hong Kong & Shanghai Banking). Y otros pesos pesados de las finanzas en Asia, como el estadounidense Citibank y el londinense Standard Chartered Bank, están a la espera de la aprobación del Gobierno central.
A partir de finales de año, los clientes de HSBC podrán consultar sus cuentas en Internet, abrir depósitos a plazo, solicitar talonarios o efectuar transferencias a entidades locales y extranjeras. HSBC tiene 3,6 millones de clientes virtuales en 19 países -una cifra que, según asegura, va en ascenso- y la mitad de las operaciones de compraventa de acciones que realizan sus clientes en Hong Kong se hacen en la Red.
Con la banca electrónica, los grandes grupos pretenden suplir la falta de oficinas en el país asiático y prepararse para competir con entidades locales como el todopoderoso Bank of China, que posee 13.000 sucursales repartidas por China continental. HSBC tiene nueve, la mayor red de bancos internacionales en el país. Ningún banco español tiene sucursal operativa en el continente, aunque BBVA posee una en Hong Kong.
Algunos bancos locales ya operan en la Red. El mayor -Industrial and Comercial Bank of China (ICBC)- ha cifrado el comercio electrónico entre enero y julio de este año en 4,6 billones de yuanes (565.080 millones de euros), más que en todo 2001.
Sin embargo, el despegue de la banca virtual llevará tiempo. Pekín no permite la conversión libre de la moneda y las entidades extranjeras no pueden realizar transacciones en yuanes para los residentes locales. Además, según Hong Kong Shanghai Banking, tendrán que cumplir con las restricciones impuestas por la Administración Estatal de Divisas sobre el límite de fondos que los ciudadanos pueden enviar al exterior. A esto hay que sumar el estricto control que el Gobierno ejerce sobre Internet, lo que puede desanimar a más de un cliente a mover su dinero por la Red.
Por ello, pese a sus 45 millones de internautas, algunos analistas ven dudosa, de momento, la rentabilidad del negocio bancario electrónico en China. Más bien consideran los pasos dados por las multinacionales como un elemento añadido de su estrategia de implantación en el país.
Según el calendario acordado, los grupos extranjeros podrán comenzar a prestar servicios a las empresas chinas en yuanes a partir del segundo año de la entrada de China en la OMC, que se produjo a finales de 2001, y a los particulares, a partir del quinto. 'Aquí hay que estar para estar preparados cuando el negocio despegue', asegura un empresario occidental.