Expertos de EE UU piden revisar la política de pagos a ejecutivos
La retribución de los ejecutivos tiene que cambiar. Esta es la primera consecuencia extraída por 12 economistas, empresarios y miembros de la administración como Paul Volcker, ex presidente del consejo de Gobernadores de la Reserva Federal; Arthur Levit, ex presidente de regulador de los mercados (la SEC); Andrew Grove, presidente de Intel, o Lynn Sharp Paine, profesora de Harvard, de la primera ponencia como miembros del comité creado para analizar la crisis de confianza generada por los abusos empresariales en EE UU.
Aunque se trabajará en el futuro otros aspectos de la política corporativa estadounidense, según este comité, reunido por la influyente asociación de política económica denominada Conference Board, leyes como la Sarbanes-Oxley no son suficientes y hay que imbuir un nuevo estilo de hacer las cosas, en forma de recomendaciones, empezando por el problema de las retribuciones.
Según John Snow, presidente de la corporación de CSX, 'los comités de compensación deben actuar más independientemente de los gestores, contratar a sus consultores y mantener sesiones a puerta cerrada para los gestores para evitar conflictos con respecto a sus salarios'.
En este sentido, el comité asegura que, a la hora de retribuir a sus ejecutivos, las empresas deben fijarse más en los resultados de la gestión que en las subidas o bajadas en Bolsa, ya que ese termómetro no está directamente ligado a la contribución hecha por el ejecutivo en cuestión con vistas al largo plazo.
El comité añade, entre otras propuestas, que se deben evitar las entidades de propósito especial para compensar a ejecutivos y que se gane en claridad a la hora de exponer a los accionistas los contratos con sus gestores. En palabras de Grove, que el presidente recupere su papel de 'empleado de la empresa'.
Pero no todo ha sido armonía en el comité. El punto de fricción ha sido el de la contabilidad de las opciones sobre acciones, algo defendido por 10 de los miembros del comité y el inversor Warren Bufet, invitado a la presentación de las conclusiones. Grove ha señalado en un voto particular la bondad de estas retribuciones y su dificultad para valorarlas. En el extremo opuesto, Volcker abogaba por que éstas perdieran peso como componente principal de la paga de los ejecutivos.
La exposición de estas primeras conclusiones coincidió ayer con un informe de la empresa de redes Tyco a la SEC, en el que se daba cuenta de los extravagantes abusos de su ya ex presidente, Dennis Kozlowski, y directivos próximos. Según Tyco, Kozlowski perdonó a ejecutivos, y a él mismo, 56,4 millones de dólares (una cifra similar en euros) en préstamos.
El ex presidente de Tyco utilizó dinero de la empresa para comprar una cortina de baño por 6.000 dólares o invertir 11 millones de dólares en muebles. Kozlowski; su financiero, Mark Swartz, y el consejero general, Mark Belnick, son los únicos que sabían de la ilegalidad de esos préstamos desconocidos para el consejo y ya estaban acusados de robo y fraude por más de 600 millones. Kozlowski suma a estas acusaciones la de evasión fiscal con obras de arte.