'Este es un ministerio virtual, pero todos vienen a quejarse'
Miguel Arias Cañete (Madrid, 1950) inicia el curso político más importante -elecciones, fin de legislatura- dividido entre la devoción y la obligación. Se empleará con entusiasmo en el desarrollo de sus dos proyectos más mimados: el Plan Nacional de Regadíos y el Libro Blanco de la agricultura. Y bregará con firmeza para modificar la propuesta de reforma de la Pac y en intentar solucionar los problemas que viven los mercados sectoriales agrarios. Siempre dijo que el suyo es un ministerio virtual, ya que las competencias están en las comunidades, 'pero aquí todo el mundo viene a quejarse'.
Pregunta. ¿Cómo piensa hacer afrontar todos los frentes sin competencias?
Respuesta. El Ministerio de Agricultura tiene muchas competencias transferidas, pero además tiene una fundamental, que es la coordinación de la política agraria nacional, y desarrolla políticas activas muy directamente; por ejemplo, el Plan Nacional de Regadíos, en el que se han cerrado convenios para más de 270.000 hectáreas, o sea, para casi la mitad del objetivo del Gobierno, que es modernizar 600.000 hectáreas. Este ministerio, además, ejerce la representación ante la CE, que es la que define la política agraria.
Pero creo que hay marco para una política agraria nacional que sea redistributiva, coordinadora de los sectores y fomentadora de las exportaciones para abrir mercados en terceros países. Porque cuando hay una crisis todo el mundo viene a este ministerio virtual a que la solucione; cuando hay un problema de precios, nadie va a su autonomía, vienen a Atocha, y cuando hay que manifestarse, también. Nadie dice a Castilla-La Mancha que solucione sus excedentes de vino; no, vienen al ministerio. Por tanto, este ministerio tiene que jugar ese papel de coordinación, dinamización, y sobre todo, modernización de la agricultura.
P. ¿El Libro Blanco de la agricultura y la Ley de Agricultura y Desarrollo Rural pueden sentar las bases para el diseño del modelo agrario que se precisa?
R. Lo primero que hay que saber es qué agricultura tenemos y cuántos agricultores hay en España. Eso hoy no lo sabe nadie. El Libro Blanco nos debe decir quiénes son los verdaderos agricultores, los que pagan impuestos, los que dan trabajo y después diseñar una política para ellos y no para los amateurs de fines de semana. Por todo ello, antes de que termine esta legislatura tenemos que tener diseñado un modelo agrario nacional, que nos permita hacer política a largo plazo. En este ministerio todo el mundo se quema porque es un ministerio para solucionar crisis y sólo es conocido cuando estalla la guerra del aceite, o las vacas locas o el orujo.
P. ¿Qué solución tienen los problemas de los mercados, como vino o aceite?
R. En una economía de mercado es el propio sector agrario el que tiene que afrontarlos. No obstante, este Gobierno está impulsando la creación de interprofesionales fuertes para que cada una se encargue de solucionar sus problemas más próximos.
De todas formas, no todo es tan negro. En el caso del aceite de oliva, este año se ha batido el récord de consumo, con más de 600.000 toneladas, y el de exportación, con 590.000; por lo tanto, el sector en su conjunto va a ingresar medio billón de pesetas, que se dice pronto.
El del vino es un sector diferente: hay problemas de superproducción, de viñedo ilegal y aquí los productores están pagando la cantidad en lugar de la calidad.
Las comunidades tienen competencias para ejercer la vigilancia. El proceso de legalización del viñedo terminó en marzo; hasta septiembre las comunidades autónomas han tenido tiempo de resolver los expedientes; a partir de ahora pueden y deben actuar. Ya sé que es impopular hacer esto en época electoral, pero no se puede decir que hay superproducción y a la vez amparar el vino ilegal.
P. Dos años después de aparecer la EEB, España tiene uno de los mayores índices de incidencia...
R. La virulencia de la enfermedad no ha sido la que algunos han pronosticado. Si se mantienen las cifras que barajamos, en un plazo razonable se controlará la enfermedad en España, porque no han aparecido casos de vacas jóvenes. Y ya se han recuperado el consumo y el precio.
P. ¿Confían en que se restablezca el mercado de cítricos con EE UU?
R. Confiamos porque Estados Unidos está cumpliendo todo lo que prometió. Si las inspecciones son favorables, no habrá problema. Pero hemos pedido a Bruselas que estudie si hay una vulneración de las reglas de la OMC.