El Gobierno alemán promete apoyo a Mobilcom ante su inminente quiebra
Nadie daba ayer un euro por el futuro de Mobilcom, la participada de telefonía móvil de France Télécom en Alemania (tiene el 28,5% del capital), tras la decisión de la operadora de pasar a ocuparse de forma prioritaria de sus propios problemas y dejar claro que no iba a seguir apoyando con más recursos a esta compañía.
Los propios responsables de la empresa alemana advirtieron que no les quedaba más alternativa que suspender pagos y despedir a sus 5.000 trabajadores.
Incluso se llegó a manejar la posibilidad de que la suspensión de pagos se declarara a lo largo del día de ayer -extremo que no se confirmó- o este fin de semana. La Bolsa recibió de inmediato el mensaje y castigó la cotización con una caída del 37,78%.
De hecho, el Ministerio de Economía alemán convocó ayer una reunión de crisis para mañana domingo, ante la inminente quiebra de la operadora. Al encuentro asistirán el ministro de Economía, Werner Mueller; el presidente del consejo de administración de Mobilcom, Thorsten Grenz; el ministro de Economía del Estado de Schleswig-Holstein, Bernd Rohwer, y el jefe de la Cancillería federal, Frank Steinmeier.
La portavoz del Gobierno alemán, Charima Reinhard, quiso mandar un mensaje de tranquilidad al mercado, asegurando que el Ejecutivo alemán hará 'todo lo posible' para solucionar la crisis de Mobilcom. Incluso adelantó la posibilidad de dar a la empresa garantías crediticias que le permitan seguir operando.
El propio primer ministro alemán, Gerhard Schröder, inmerso en plena campaña electoral, se ofreció personalmente a actuar de mediador entre la empresa y sus acreedores para intentar buscar una solución,
Los analistas recordaban ayer que la crisis de Mobilcom no viene sino a confirmar la quiebra del modelo escogido por el Ejecutivo alemán para vender seis licencias de telefonía móvil UMTS. En aquella subasta recaudó 50.519 millones de euros, la cifra más elevada de Europa. De los seis ganadores, sólo continúan cuatro. Telefónica se ha retirado, Mobilcom deberá revisar en profundidad su plan de negocio y KPN tiene problemas graves, incluso reconoce un riesgo de 600 millones de euros si Mobilcom finalmente quebrase.