Depender del inicio de Wall Street
En las últimas seis semanas se ha registrado una dependencia más acusada de los principales mercados de acciones del mundo de Wall Street, hasta el punto que la mayor parte de las operaciones, en una equivalencia del 75%, se concentran en el periodo de coincidencia operativa.
Los informes de estrategia y de situación que elaboran a primera hora de la mañana las principales firmas de Bolsa aconsejan, hasta la reiteración, 'esperar a la apertura hoy de Wall Street, que es el que marcará tendencia'. El hoy se repite desde hace mes y medio.
Mientras llega la apertura, los operadores más dinámicos, los bolsistas de siempre que han logrado sobrevivir a la gran purga de los últimos años, emplean algunos euros en jugar con las tendencias previas del futuro del S&P 500. Cuando Wall Street abre sus puertas los teléfonos comienzan a sonar; las apuestas resurgen con fuerza y las operaciones a corto plazo se intercalan con las operaciones por cuenta propia de los intermediarios financieros.
Es una hora y media, la que coincide con el periodo de cierre, de gran agitación, porque unos deshacen las operaciones de la mañana para incorporarse a la tendencia de la tarde y otros cancelan, sencillamente, las operaciones del día anterior.
Este apego máximo a la apertura de Wall Street se explica, ante todo, por la pérdida del rumbo de los mercados y por la ausencia de referencias propias. Las Bolsas de Estados Unidos se han saltado a la torera algunas indicaciones negativas sobre el estado de salud de la economía y de las empresas, porque han utilizado toda su energía en celebrar el aniversario de los atentados terroristas con el alivio, al menos, que dan unos índices al alza. El resto de los mercados del mundo las han seguido sin mayores consideraciones. La fe mueve, a veces, montañas enormes de papel, como las Bolsas.