Greenspan reclama disciplina fiscal para evitar presiones sobre los tipos
Greenspan llegó al Congreso con un discurso inesperado bajo el brazo. Se esperaba que el presidente de la Reserva fuera más explícito sobre la evolución de la economía, sobre todo teniendo en cuenta que su comparecencia se producía un día después del primer aniversario de los ataques terroristas sobre el país.
Pero el balance del año que hizo Greenspan se limitó a certificar la resistencia de la economía estadounidense frente a 'retos muy significativos'. Pese a ello dijo que la institución revisará a la baja las previsiones de crecimiento para 2002 y 2003, según dijo. La Reserva ya revisó a mediados de julio al alza sus previsiones de febrero sobre el crecimiento estadounidense en 2002.
Pero Greenspan quitó importancia a esta revisión en su discurso, en el que señalaba que 'hasta ahora, la economía parece haber aguantado muy bien una serie de reveses, aunque algunos efectos de depresión aún continúan manteniendo su influencia, en particular las previsiones del Presupuesto federal', dijo.
Y de eso siguió hablando el responsable de la política monetaria, del peligro del déficit presupuestario y de la necesidad de retomar la disciplina fiscal. Un aviso: 'Volver a un clima fiscal de importantes y continuos déficit arriesgará que volvamos a una época de altos tipos de interés, bajos niveles de inversión y ralentización del crecimiento de la productividad'.
El presidente de la Reserva, que hizo alusión a la ley de cumplimiento presupuestario de 1990 que garantizó los pasados superávit, pidió que se renovaran los controles del gasto que vencen el próximo día 30. El Gobierno de George Bush, que ha comprometido un incremento del gasto militar del 14% además de haber aprobado el año pasado un recorte de impuestos, ha previsto un déficit para este año de 165.000 millones de dólares, el primero desde 1997. Para disgusto de Greenspan, la Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que hasta 2006 no volverá el superávit y desde Wall Street no se prevé que éste llegue hasta 2010.
Según el presidente de la Reserva, si no se conservan las reglas del presupuesto y se persigue una línea de responsabilidad fiscal, los pasados años de esfuerzo 'se habrán desaprovechado'.
Greenspan envía este mensaje a los políticos sabiendo que la campaña electoral para las cruciales elecciones que renueven parcialmente el Congreso el 5 de noviembre está a punto de comenzar. De hecho, los congresistas buscaron la complicidad del banquero central y para sorpresa de los demócratas, contrarios a las rebajas de impuestos, dijo que el aplicado por Bush le parecía adecuado.
Greenspan fue mas allá al advertir que cualquier congelación en este recorte de impuestos, que se hará gradualmente en la década, tendría los mismos efectos que una subida de éstos, 'lo cual evitaría la activación de la inversión de las empresas'. Lo que Greenspan quiere que los legisladores hagan es controlar el gasto. 'Eso es más importante que cualquier estímulo fiscal. Sé que hay muchos que dicen que necesitamos un paquete de estímulo significativo, pero creo que el que tenemos ya funcionando es bastante importante'.
Por lo que se refiere a lo que está en la mano de Greenspan, el movimiento de tipos, los analistas creen que la escasa mención de la situación económica significa que en su reunión del día 24 la Fed mantendrá tipos.