Las aerolíneas registrarán pérdidas de 6.060 millones este año
El sector de las aerolíneas ha sido el más castigado por los atentados terroristas del 11 de septiembre.
En sólo dos años, 2001 y 2002, las aerolíneas habrán perdido más de 18.000 millones de euros. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, sus siglas en inglés), las compañías aéreas perderán en 2002 entre 4.040 y 6.060 millones de euros, aproximadamente la mitad que en el ejercicio anterior, el peor en la historia de la aviación civil. 'Quizá ninguna industria haya sufrido tanto como la del transporte aéreo', dice Giovanni Bisignani, director general de IATA, en la presentación de un estudio sobre las consecuencias en la industria aérea de los sucesos del 11 de septiembre pasado.
Entre 1997 y 2000 el mercado mundial de aerolíneas presentó beneficios anuales superiores a los 2.000 millones. La tendencia se rompió en 2001 por la recesión económica, más profunda en el negocio de las aerolíneas tras el 11 de septiembre.
La quiebra de aerolíneas como las europeas Swissair y Sabena o la suspensión de pagos de US Airways y las reestructuraciones acometidas por las aerolíneas para contrarrestar los efectos del 11 de septiembre y la anterior recesión económica han generado 200.000 despidos en el sector, calcula Iata.
Aun así, el organismo ha mejorado sus previsiones de pérdidas del mes de abril de hasta 8.080 millones de euros. La mejora de las perspectivas se debe principalmente a una recuperación del sector en Europa y Asia.
El mercado asiático ha sido el que más rápidamente se ha recuperado, destacando el fuerte crecimiento registrado en China. En Europa, varias compañías han llegado a presentar beneficios este año, aunque Iata señala que aquellas con exposición al mercado estadounidense 'continúan sintiendo un gran impacto negativo'.
El 'factor Hassle'
En Estados Unidos el tráfico aéreo se mantiene en niveles inferiores a la fecha de los atentados. Las compañías aéreas estadounidenses atribuyen una parte significativa de las pérdidas al hecho de que muchos viajeros rechazan el avión por los retrasos en los vuelos ocasionados por las medidas de seguridad impuestas en los aeropuertos, lo que definen como el factor Hassle (jaleo, en inglés).
Delta Airlines estima que perderá este año 606 millones de euros por esta razón. 'El viaje de un solo día ha desaparecido de las agendas de muchas empresas. La gente de negocios está buscando formas alternativas de viajar', considera Bisignani. 'La tecnología existe para combinar de manera más eficiente seguridad con la conveniencia de aumentar el número de pasajeros', añade.
El mercado que más se ha contagiado de la situación en Estados Unidos ha sido el latinoamericano. La crisis argentina, según Iata, ha contribuido a frenar una recuperación.
La única nota positiva la ponen las aerolíneas de bajo coste. Este mercado está experimentando un 'crecimiento sin precedentes', según el estudio de Iata, que subraya que no se trata de un fenómeno temporal, sino que es una realidad que cambiará la industria tal y como hoy la conocemos.
Sacar partido de la crisis aérea
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo critica en su informe sobre la situación de la industria tras el 11 de septiembre el aumento de los costes experimentado en negocios complementarios al sector de las aerolíneas.
En un periodo en el que las compañías aéreas han tenido que dejar aviones en tierra, realizar miles de despidos, recortar el número de vuelos y rebajar los precios de los billetes, se han incrementado los costes por seguridad, por los servicios de control de tráfico aéreo y los de algunos proveedores aeroportuarios.
'Es inaceptable que en un año en el que las aerolíneas han perdido miles de millones de dólares algunos proveedores, incluyendo aeropuertos y controladores aéreos, hayan registrado importantes beneficios', dice Giovanni Bisignani, director general de Iata.
El organismo internacional llama la atención sobre el hecho de que el coste por infraestructuras no debería suponer una traba para lograr la recuperación. 'Algunos proveedores han subido los precios a las aerolíneas en lugar de buscar con ellas una manera de reducir los costes', apunta el informe de Iata. Aeropuertos como el de Hong Kong, Hawai o el de Changi en Singapur sí que han reducido los precios a las compañías aéreas.