Los líderes mundiales eluden acuerdos concretos en Johanesburgo
El desfile de líderes mundiales que ayer se inició en la Cumbre de Johanesburgo dejó poco más que buenas palabras en el estrado sin que éstas queden plasmadas en ningún acuerdo concreto. De hecho, el borrador del plan de acción de la cumbre sigue en el aire. EE UU y los países exportadores de petróleo se oponían a suscribir un compromiso para aumentar el uso de energías renovables al 15% para 2010, como pretendía la UE y algunos países en desarrollo. El acuerdo en este punto fue posible gracias al vago compromiso de 'aumentar sustancialmente' el uso de estas energías.
Tras lo que parecía el último escollo, la implementación de los objetivos para impulsar el acceso a la sanidad surgió como nuevo impedimento para el acuerdo.
El presidente de Francia, Jacques Chirac; el primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, instaron a la ratificación del Protocolo de Kioto sobre cambio climático, con referencias a Rusia y EE UU, recordando las inundaciones que azotaron Centroeuropa en agosto. La capacidad de negociación con la delegación estadounidense es mínima, ya que el secretario de Estado, Colin Powell, no llegará a la cumbre hasta mañana, fecha de su clausura.
Por su parte, los europeos se oponen a la inclusión en el borrador de cualquier mención a los subsidios agrarios, lo que rebaja las expectativas de que el plan de acción para proteger el medio ambiente y luchar contra la pobreza contenga algo más que buenos deseos.
Las críticas a la cumbre política venían, precisamente, de la divergencia entre la retórica y la acción de los líderes. 'Todo el sistema de multilateralismo se viene abajo si los líderes no actúan de acuerdo con su retórica y eso es precisamente lo que está pasando aquí', aseguraba un representante de la ONG Oxfam.
La declaración política que acompañará al plan de acción reitera los objetivos medioambientales de la Cumbre de la Tierra celebrada en 1992 en Río de Janeiro, junto al reconocimiento de que 'no se han alcanzado los objetivos' acordados entonces.
Lo que la cumbre sí parece decidida a impulsar es el papel de la iniciativa privada en el desarrollo de los países pobres. La declaración política acuerda 'que se necesita que el sector privado opere dentro de un entorno transparente y estable, para reforzar su responsabilidad empresarial y su contribución social'.
En esa línea, Blair y Chirac presentaron ayer una iniciativa conjunta en la que cada país aportará 100 millones de euros durante tres años para promover, a través del mercado financiero, iniciativas privadas y generar inversiones por al menos medio millón de euros.
El programa se aplicará sólo a países en desarrollo 'que cumplan los principios de buen gobierno y de gestión del medio ambiente'.