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Finanzas

El BIS pide a la banca controles internos más rígidos para evitar nuevos escándalos

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea avisó ayer a la banca de la necesidad de reforzar las labores de auditoría interna para evitar nuevos escándalos contables y quiebras. 'Los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto la importancia de estos esfuerzos para promocionar la cultura de controles internos robustos', aseguró ayer Arnold Schiller, director del Banco de Holanda y presidente de la comisión encargada de los temas relacionados con la contabilidad, en referencia a las quiebras de multinacionales como Enron o Worldcom.

Según el informe, que se basa en la encuesta efectuada a 71 bancos de 13 países en la zona de influencia del Banco de Pagos Internacionales (BIS) -organismo del que depende el Comité de Basilea-, existe 'una tendencia creciente a que los requerimientos legales y regulatorios sean evaluados por unidades separadas antes que por auditores internos' . En este sentido, el organismo critica el error que supone que algunas entidades no incluyan el control de los estados financieros dentro de las tareas de sus auditores internos.

Favorable acogida

A pesar de estas advertencias, el Comité de Basilea reconoce que, en líneas generales, la mayoría de los bancos en los países que cubre el informe -Bélgica, Canadá, España, Francia, Alemania, Italia, Japón, Luxemburgo, Holanda, Suecia, Suiza, Reino Unido y EE UU- cumple bien las 20 pautas sobre auditorías y control internos publicadas en agosto del año pasado.

Así, el BIS estima que las grandes instituciones financieras han acelerado las labores de control interno a través de varias medidas, entre las que resalta la redacción y aprobación en el consejo de códigos que recojan las líneas maestras sobre control interno; la creación en el seno del consejo de un comité auditor o de un equipo que supervise y lleve a cabo un control de los riesgos; el establecimiento de contactos regulares entre auditores internos y externos, o la reestructuración del departamento de auditorías internas de acuerdo con las regulaciones del BIS.

El organismo destaca, entre otras recomendaciones, la necesidad de que dichos departamentos auditores sean independientes de las tareas auditadas, algo que se cumple en la mayor parte de los casos; que los auditores presenten cada vez un perfil más especializado, y que su trabajo se oriente más hacia el control de los riesgos.

El proceso interno de auditoría puede ser exteriorizado, sobre todo si la entidad presenta un tamaño reducido. En cualquier caso, el consejo de administración y la dirección serán siempre los últimos responsables, ya que 'se exterioriza el trabajo de auditoría, pero no la responsabilidad'.

Según se desprende del informe, el modelo más común para organizar los equipos de auditorías es contar con una unidad principal que centralice las actividades y que coordine otras divisiones en alguna sucursal. En entidades de gran tamaño, la auditoría interna se suele organizar por líneas de negocio.

Modelo de control

El BIS anunció a finales de 2000 los Acuerdos de Capital, más conocidos como Basilea II. Estos acuerdos constituyen el modelo de control de riesgos y de solvencia para la mayor parte de las entidades que, presumiblemente, entrarán en vigor en 2006 tras varios retrasos. Este nuevo texto se basará en tres pilares: el requerimiento mínimo de capital, la disciplina de mercado y la revisión del proceso de supervisión.

Desde un primer momento, el BIS concedió una gran importancia a los procesos de auditoría y control de riesgos. De hecho, el presidente del Comité de Basilea y de la Reserva Federal de Nueva York, William J. McDonough, destacó recientemente que 'la transparencia y la confianza de los inversores necesarias para el buen funcionamiento de los mercados dependen en buena medida de la transparencia financiera que se logra con estos controladores internos'.

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