Los productores de cítricos reconvierten sus explotaciones para exportar a EE UU
Ni al Gobierno, ni a los productores españoles de cítricos les ha sorprendido el fallo recientemente emitido por un tribunal de Filadelfia que rechaza el recurso presentado por la Interprofesional Citrícola española -Intercitrus- y que pretendía un reconocimiento de que Estados Unidos vulneró la leyes del comercio internacional, cuando vetó la entrada de clementinas españolas a sus mercados (alegando la existencia de larvas en la fruta, no demostrada científicamente) y una reparación de los daños causados por dicho veto. 'Aquí no hay fisuras. Todos los estamentos caminan unidos a defender los intereses de su país', dice Cristóbal Aguado, líder de la Asociación Valenciana de Agricultores.
Por ello, el sector no esbozado ningún rictus y las negociaciones continúan adelante, al margen de los jueces de Filadelfia, con la esperanza de que durante los primeros días del próximo mes de octubre EE UU abra las fronteras a los cítricos producidos en España.
Porque la estrategia no tiene reverso: el Gobierno español se plantó ante el Departamento de Agricultura norteamericano y le lanzó la siguiente cuestión: ¿qué deben hacer los productores españoles para que los mercados estadounidenses admitan nuestros cítricos?
Por tanto, se redactó un nuevo protocolo de absoluta inspiración norteamericana, sobre el que, en tan sólo unos días, se verán los frutos. A partir del próximo 9 de septiembre una tropa de inspectores estadounidenses patearán el Levante español: campo por campo, con posibilidad de auditar cada parcela y examinando con lupa la batalla sanitaria que los agricultores están librando contra la mosca.
Para prevenir la presión del lobby norteamericano, los agricultores ya están diseñando estrategias a más largo plazo: por ejemplo, la reconversión varietal de la modalidad marisol (la que actualmente protagoniza la discordia) a la variedad nules. Al parecer, esta última, amén de más resistente a la mosca, posee mayor calidad todavía.