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Contaminación

China ratificará el Protocolo de Kioto en la cumbre de Suráfrica

El gobierno chino ratificará el Protocolo de Kioto sobre la reducción de emisiones de gas invernadero en la Cumbre de la Tierra de Sudáfrica que se celebrará a principios de septiembre, informó hoy la prensa independiente del país asiático. "El Consejo de Estado (ejecutivo) ha decidido ratificar formalmente y sin más dilaciones el Protocolo de Kioto. Los trámites están en marcha", anunció Zhang Jun, vicedirector general del Departamento de Organizaciones y Conferencias Internacionales adscrito al Ministerio chino de Exteriores.

El primer ministro Zhu Rongji, que encabezará una delegación integrada por 200 funcionarios, será el encargado de hacer pública la decisión del gobierno chino a principios del mes próximo durante la cumbre organizada por las Naciones Unidas.

Al tiempo que recalcó el compromiso de los dirigentes chinos con la protección del medio ambiente, Zhang exhortó a los países desarrollados a poner más de su parte en la reducción de las emisiones de gas invernadero.

La inesperada decisión de China, el segundo mayor emisor de gases invernadero del planeta, ha recibido los halagos de la comunidad científica nacional e internacional, muy críticas en el pasado con la política medioambiental del régimen comunista.

"Con esta decisión el gobierno chino demuestra que está dispuesto a aceptar su parte de responsabilidad en la protección del medio ambiente y refuerza su compromiso con el desarrollo económico sostenible", subrayó Liu Deshun, vicedirector del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Qinghua de Pekín.

El Protocolo de Kioto, redactado en 1997, insta tanto a los países desarrollados como en desarrollo a reducir sus emisiones de gases invernadero (como el dióxido de carbono o el metano), principales causantes del calentamiento global y de la elevación de los niveles de agua del mar.

Pekín se había negado hasta el momento a ratificar este tratado internacional en parte debido a la negativa irrevocable planteada por Estados Unidos, que adujo perjuicios irreparables para su economía. La decisión de la administración Bush fue fuertemente criticada tanto por la Unión Europea como por Japón, potencias que sí ratificaron el protocolo.

Aunque este tratado no impone objetivos concretos de reducción de emisiones a los países en desarrollo como China, un estudio de un equipo conjunto de científicos chinos y estadounidenses demostró que el gigante asiático había reducido sus emisiones de dióxido en un 7,3% desde 1996 y de metano en un 2,2% desde 1997.

El mismo estudio certificó que entre 1993 y 1999 las emisiones de combustible fósil se habían incrementado en un 4,5% en Europa Occidental, un 6,3%, un 3,3% en Japón y un 8,8% en La India.

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