La Europa solidaria
Los desastres producidos por las inundaciones en el Centro y Este de Europa, con pérdida de decenas de vidas humanas y un coste de decenas de miles de millones de euros -aún por determinar- en infraestructuras, cosechas y demás propiedades privadas, obligan a Europa a demostrar su espíritu solidario en un momento en que las arcas públicas de muchos países de la UE presentan signos de extrema flaqueza.
El presidente de la Comisión Europea declaró, tras visitar alguna de las zonas afectadas, que 'Europa no debe ser algo abstracto, sino también una Europa solidaria'. Una afirmación difícil de rebatir por obvia. Pero la solidaridad debe ser algo más que una frase para momentos difíciles de un Romano Prodi arremangado y con botas de agua. Una vez concretados los daños, la UE debe dotar unos sistemas flexibles para que los países miembros afectados puedan acceder a ayudas provenientes de los fondos estructurales. Además debe habilitar también fondos, sin racanerías aunque con la fiscalidad necesaria sobre su empleo, para los demás países afectados, todos candidatos a integrarse en la UE.
La tarea se antoja ardua si además se quieren preservar los objetivos contemplados en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. De la habilidad de las autoridades al articular el sistema de ayudas dependerá que las riadas no arramblen también con los esfuerzos realizados hasta ahora para tener bajo control el déficit público, especialmente en unos momentos en los que la debilidad de la economía en Europa ha llevado a varios países miembros, entre ellos Alemania, a la frontera del flagrante incumplimiento. En este sentido, cobran gran valor las declaraciones realizadas ayer por el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, en las que reiteraba los compromisos pactados y anunciaba la congelación de todas las partidas de gasto que no sean 'prioritarias' (reconstrucción y lucha contra el terrorismo). También anunció el retraso en la bajada de impuestos prevista para enero de 2003, lo que liberará unos 6.900 millones de euros.
La demora o no de la puesta en marcha del fondo europeo especial para catástrofes naturales, anunciado el domingo por Prodi y Gerhard Schröder, tras la cumbre de las inundaciones, permitirá determinar la temperatura real de la Europa solidaria. Que este fondo fuese abolido por los Quince en los presupuestos de 1997 parece una muestra más del falso sentimiento de invulnerabilidad que se sufre en los países desarrollados.
Una ironía de la naturaleza ha hecho que la catástrofe se haya producido pocos días antes de la Cumbre de la Tierra, que se inaugurará el lunes en Johanesburgo. La mayor parte de los científicos ya no discute los perjuicios del efecto invernadero. Las inundaciones en Europa y en México, India, China, Irán, Vietnam o Argelia, las devastadoras sequías en EE UU y África o la contaminación en Asia ponen de relieve la necesidad de aumentar el esfuerzo por detener la degradación del medio ambiente.