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Francia domina el negocio de las tablas de surf

La historia de cómo los franceses han dominado el sector de las tablas de surf de lujo en Europa comenzó en 1956, cuando la actriz Deborah Kerr participaba en lo que los surfistas de Biarritz aseguran que es el segundo momento más importante en la historia de las playas. El adúltero revolcón en la arena de Kerr con Burt Lancaster en la película De aquí a la eternidad fue el número uno. 'Kerr observaba a su esposo Peter Viertel cabalgando las olas en una tabla de surf traída de Estados Unidos', relata Philippe Barland, presidente de la firma fabricante de tablas Barland. 'Era la única tabla de surf que había en Francia y mi padre se acercó a Kerr y le preguntó qué hacía aquel hombre con una plancha'.

Antes de un año, Michel Barland ya fabricaba tablas. Entonces nadie se imaginaba que la costa Atlántica francesa sirviera para otra cosa que no fuera atrapar ostras. Cinco décadas después, Francia se jacta de tener como mínimo 30 fabricantes de tablas de lujo.

Los surfistas tienen, todos los años, una cita en Biarritz, lugar de vacaciones de acaudalados ejecutivos como Michel Lacombe, presidente de Microsoft Europe y de familias reales como los Habsburgo. ¿Qué hace tan especial a una tabla de surf francesa? 'Tienen espíritu', dice Olivier Turrauba, dueño y diseñador jefe de Choka, compañía que en lo que va de año ha exportado 300 tablas, de entre 600 y 1.000 euros a Alemania y Reino Unido.

Las tablas de Barland tienen más que espíritu. Tienen pintadas mujeres desnudas. 'Nuestras tablas las diseñan artesanos y quienes las quieran tienen que venir a Francia', indica Barland, de 43 años. 'El Lejano Oriente produce demasiadas tablas de surf baratas, lo que no me permite exportar de forma rentable a Estados Unidos y Australia'.

En los últimos cinco años, los diseñadores de Barland han producido más de 1.000 tablas a medida, por entre 800 y 1.200 euros cada una, y otros 10.000 modelos más baratos. Barland dedica un mínimo de 40 horas a moldear a mano cada tabla antes de que el pintor parisino de art déco, Serge Fargues, aplique su pincel.

'Las tablas de surf tienen categoría de obra de arte', destaca Greg Noll, campeón de surf estadounidense que desde 1951 ha fabricado más de 50.000 tablas, algunas a un precio de 15.000 euros. El sector del surf vendió productos por 4.000 millones el año pasado. Europa sigue siendo el mercado de crecimiento más rápido con un 23%. Los franceses fabrican unas 5.000 tablas de lujo al año.

Durante el pasado ejercicio, los estadounidenses gastaron 196 millones en tablas de surf, según Angelo Ponzi, analista de la firma californiana Board-Trac, que calcula que cerca del 33% de las 407.280 tablas vendidas son largas y de lujo.

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