El BCE deja los tipos de interés en el 3,25% por la persistente debilidad económica
El precio oficial del dinero para la zona euro se mantiene en el 3,25% por noveno mes consecutivo. En Londres, el Banco de Inglaterra también dejó sus tipos de referencia en el 4%, el nivel más bajo en casi cuatro décadas, a pesar de que los precios de la vivienda registraron en julio el mayor crecimiento interanual en 13 años.
Estas noticias no sorprendieron a analistas e inversores, que daban por descontado que el precio del dinero no se movería en Europa. Sobre todo tras la publicación de otra batería de indicadores que confirman la persistente debilidad de las economías de la Unión Europea.
Los índices de los gestores de compras correspondientes al mes de julio reflejan un menor crecimiento en la zona euro y una contracción en Reino Unido (que es la cuarta mayor economía del mundo). Analistas como Adolf Rosenstock, de Nomura International en Francfort, mostraron su alivio porque 'el entorno se ha oscurecido tanto que temíamos una caída mucho mayor'.
Uno de los aspectos que más preocupa a los responsables económicos y monetarios europeos es el declive en la confianza de consumidores y empresarios. Un pesimismo provocado tanto por el aumento del desempleo como por la turbulencia reinante en las Bolsas debido a la avalancha de escándalos contables destapados en los últimos meses.
En Francia, el instituto estadístico Insee anunció ayer que la confianza de los consumidores cayó en julio al nivel más bajo en tres meses, a pesar de la bajada de impuestos prometida por el nuevo Gobierno de centro-derecha.
Los aspectos que más preocupan a los ciudadanos galos son el aumento del desempleo (que está al 9%, la tasa más alta en 20 meses), el desplome de las Bolsas y el deterioro de las finanzas públicas. Francia se ha comprometido con sus socios europeos a dejar el presupuesto 'cerca del equilibrio' (un déficit del 0,5% del PIB como máximo) de aquí a 2004. Pero ha supeditado esta promesa a un ritmo de crecimiento del 3%, y todo indica que no será capaz de cumplirlo. El Fondo Monetario Internacional acaba de rebajar su previsión de crecimiento para Francia en 2003 del 3% al 2,6%.
En Alemania, los grandes institutos económicos han rebajado también la previsión de crecimiento para este año y el próximo. Y el último dato de ventas minoristas mostraba un declive del 5,2% interanual.
Francia y Alemania combinados representan más del 50% del PIB de la zona euro, con lo cual los analistas creen que el BCE se lo pensará bastante antes de subir los tipos de interés. De hecho, las especulaciones sobre cuándo subiría el precio del dinero en Europa, muy insistentes hace unos meses, han dado paso ahora a un debate sobre si habrá otra bajada de tipos.
La posibilidad de que Alemania caiga en una doble recesión, la tan temida W, empieza a ser barajada por algunos economistas, y sin duda también está en la mente de los gobernadores del BCE. Joerg Kraemer, economista de Invesco Asset Management en Francfort, declaró ayer a Bloomberg que 'el riesgo de volver a caer en recesión ya no puede ser ignorado', aunque 'hace dos meses esa idea me habría dado risa'.
La percepción de los expertos cambia, pues, día a día. Hace apenas un mes, el 90% de los economistas esperaban que el BCE subiese los tipos de interés de referencia antes de fin de año. La semana pasada, más de la mitad retrasó la previsión de subida hasta principios de 2003. Luigi Buttiglione, de Barclays Capital en Londres, aseguraba ayer que no espera que el BCE mueva los tipos hasta mediados del próximo año. Si las Bolsas siguen cayendo o el euro sube demasiado rápido frente al dólar, Buttiglione no descarta una bajada de tipos en los próximos meses.
El único motivo aparente para encarecer el precio del dinero es el peligro de que se produzca un repunte de la inflación. Sin embargo, el IPC de la zona euro lleva dos meses por debajo del objetivo del 2% fijado por el BCE (1,9% en julio).
Un buen dato que, sin embargo, no parece convencer a las autoridades monetarias europeas. El último informe mensual del BCE afirma que aún es 'prematuro' para cantar victoria en materia de control de precios. Y el propio Wim Duisenberg dijo recientemente que el IPC de los Doce volverá a superar el 2% a fin de año. Los factores que más preocupan en términos de inflación siguen siendo los aumentos salariales y el fuerte crecimiento de la masa monetaria en circulación.
Subida del euro
En su guerra sin cuartel contra la inflación, el BCE está contando con un aliado imprevisto hace sólo unos meses: la apreciación del euro frente al dólar (en torno al 12% desde principios de año), que ayuda a abaratar los precios de los productos importados.
Los analistas revisarán con lupa el informe mensual del BCE que se publicará el próximo jueves para rastrear posibles cambios en las perspectivas de inflación y crecimiento. Sin embargo, es muy probable que por ahora se mantenga la posición oficial de 'esperar y ver' qué pasa.
España lidera el aumento de ventas minoristas de la zona euro
Las ventas minoristas de la Unión Europea repuntaron en mayo y España fue el país en el que más crecieron. Según informó ayer la agencia Eurostat, la venta minorista creció un 0,7% en la zona euro y un 1,6% en el conjunto de la Unión Europea. Los datos reflejan una mejora respecto a abril, cuando crecieron un 0,4% en los Doce y un 0,1% en los Quince.
España se colocó en cabeza, con un aumento del 7,4% interanual, seguida de Suecia (5,1%) y Reino Unido (4,9%). Mucho peor se comportó la actividad minorista de países como Portugal (que sufrió un declive del 5,1%) y Alemania (2,7% menos).
Los datos publicados ayer confirman que la economía española está más robusta que la de sus principales socios europeos. Un diagnóstico que confirmará hoy el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, cuando presente las previsiones económicas que servirán de base para elaborar los Presupuestos Generales del Estado de 2003.
El denominado 'cuadro macro', que será aprobado por el Consejo de Ministros, contempla una previsión de crecimiento del 3% y la creación de 280.000 puestos de trabajo. Además, se espera un incremento del 5,5% en el gasto en infraestructuras.
El Presupuesto para el próximo ejercicio incluirá, por primera vez, un techo máximo de gasto de 114.500 millones de euros, que ha sido aprobado por el Congreso.
A diferencia de países como Portugal (que cerró 2001 con un déficit del 4,1%), Francia o Alemania (que han condicionado la reducción del déficit a ambiciosos ritmos de crecimiento), España piensa cerrar una vez más el ejercicio con equilibrio en la balanza del conjunto de las Administraciones públicas.
Sin embargo, la Administración central seguirá teniendo un saldo deficitario que deberá ser compensado con el superávit previsto en la caja de la Seguridad Social.