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Amonestaciones

La gran banca pierde cuota en activo y pasivo por primera vez tras las fusiones

El proceso de concentración de la actividad bancaria iniciado en la década de los noventa se frenó el año pasado, según la Memoria de supervisión bancaria difundida ayer por el Banco de España. Al finalizar 2001, los cinco grandes grupos bancarios españoles concentraban el 53,2% de los activos del sistema, un 48,9% de la inversión crediticia y un 43,7% de acreedores residentes, porcentajes en los tres casos inferiores a los de un año antes.

La concentración en las cinco entidades de mayor tamaño registró su mayor aumento entre los años 1998 y 2000, con las macrofusiones del Santander y Central Hispano y BBV y Argentaria. En 1998 se produjo la fusión de Argentaria, Caja Postal y Banco Hipotecario.

Con las grandes fusiones se pensó que las concentraciones acabarían con la competencia en el sistema, pero el análisis del Banco de España subraya que, lejos de cumplirse estos temores, lo cierto es que el proceso de fusiones 'no ha tenido un efecto sensible en el grado de competencia entre las entidades del sistema'.

Buena parte de la explicación de esta menor concentración en términos de activos tiene que ver con la venta del Banco Herrero por parte de La Caixa al Banco Sabadell.

Tampoco ha habido una disminución significativa del número de oficinas ni de la cifra de empleados, que se mantuvo estable gracias a que el crecimiento en cajas y cooperativas de crédito compensó las reducciones en los bancos.

Paralelamente, se ha ralentizado también el ritmo de reducción del número de entidades, aunque se mantiene la tendencia decreciente característica de la pasada década. El número de las inscritas en el registro es de 369, frente a 404 en 1998, prácticamente la mitad de las existentes en 1988.

Si el análisis de las cinco primeras entidades se amplía a otras diez, se añaden algo más de diez puntos porcentuales a la concentración, de manera que las veinte mayores entidades o grupos suponen casi las tres cuartas partes de los activos del sistema, con una reducción menos significativa respecto a los porcentajes de hace un año.

La memoria recoge además un capítulo dedicado a la solvencia de las entidades de crédito. Los grupos financieros mejoraron su solvencia en 2001, después de cuatro años de continuas caídas, que se agudizaron en 2000 debido a las adquisiciones en Latinoamérica, que lastraron el crecimiento de los recursos.

El ratio de solvencia, entendido como la relación existente entre los recursos propios y los activos sujetos a riesgo, ponderados según diferentes criterios, se colocó a finales de 2001 en el 11,1%, frente al 10,5% del año 2000, el nivel mínimo desde que en 1993 se adoptó la normativa comunitaria. Esto fue posible con 'un crecimiento vigoroso de los recursos y del exceso sobre los mínimos exigibles'.

Si se aplicara, en lugar de la normativa española, la definición de solvencia del Acuerdo de Capitales de Basilea, este coeficiente se situaría en el 13%.

Los recursos propios de las entidades de crédito alcanzaron los 101.148 millones de euros a finales de 2001 (un 14,6% más que en 2000), de los que algo más de 80.000 millones eran recursos básicos y alrededor de 27.100 millones están considerados recursos de segunda categoría.

Las exigencias mínimas de recursos propios de los grupos financieros por los riesgos de crédito, de mercado y de cambio en el año 2001 eran de 73.222 millones de euros, lo que implica un superávit de recursos propios de las entidades de 27.926 millones de euros, frente a los 21.259 millones de 2000.

El Banco de España impuso 16 sanciones en 2001

 

 

El Banco de España abrió durante el año pasado un total de 12 expedientes a entidades de crédito e impuso un total de 16 sanciones, de las que sólo una fue muy grave, según la Memoria de supervisión bancaria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El número de expedientes abiertos a entidades durante el ejercicio 2001 fue inferior en un 45,4% a los del año precedente y los expedientes incoados a administradores de entidades, que fueron 19, disminuyeron un 75%.

 

 

 

 

 

 

 

La mayoría de los expedientes iniciados por la institución que preside Jaime Caruana correspondió a cooperativas de crédito, mientras que dos se refirieron a bancos y uno a un establecimiento financiero de crédito. Dos de los expedientes se iniciaron por la utilización de denominación o por realizar actividades reservadas a las entidades de crédito.

 

 

 

 

 

 

 

Del total de las infracciones detectadas por el Banco de España, una fue muy grave, otra leve y seis graves. Otro expediente se abrió a una sociedad de tasación, mientras que siete fueron por incumplimiento del coeficiente de reservas mínimas establecido por el instituto emisor.

 

 

 

 

 

 

 

En cuanto a los expedientes a administradores de las entidades supervisadas, la mayoría de ellas, un total de 18, fueron por infracción grave, mientras que en 13 se hallaron infracciones muy graves y 3 se sobreseyeron.

 

 

 

 

 

 

 

El hecho de que el número de infracciones sea superior a los expedientes abiertos se debe a que de un solo expediente se deducen varios sujetos infractores y varias infracciones imputables.

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