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Debacle

Ericsson eliminará 5.000 empleos más tras 15 meses seguidos de pérdidas

El primer fabricante mundial de terminales e infraestructuras de telefonía móvil, Ericsson, lanzó ayer un dramático mensaje al mercado. Su negocio tradicional está tan deprimido y las perspectivas son tan poco halagüeñas para lo que queda de año que necesita financiarse a un precio muy por debajo de al que cotizan actualmente sus acciones.

La compañía sueca precisó ayer los detalles de la OPV que tenía previsto llevar a cabo y fijó el precio por acción en 3,80 coronas suecas (cuatro céntimos de euro), un precio un 74% inferior al que las acciones de la compañía cerraron en la sesión del pasado jueves. La noticia provocó ayer un derrumbe en el precio de cotización de los títulos, que cerraron con un caída del 18%.

Ericsson prevé obtener con esta OPV un total de 3.300 millones de euros. La colocación se llevará a cabo entre los próximos 15 de agosto y 3 de septiembre. Y como medida para evitar que el mal momento de los mercados de capitales en general y la negativa imagen que de la industria de las telecomunicaciones en particular arruine la operación, el consejo de administración de Ericsson ha alcanzado un acuerdo con sus principales accionistas y con un grupo de entidades financieras para que la colocación sea un éxito y quede completamente suscrita.

El presidente de la empresa, Michael Treschow, justificó el precio al que se colocará la OPV como 'una gran motivación para que los accionistas compren. No queremos correr ningún riesgo derivado de las inciertas condiciones en las se desenvuelve actualmente el mercado de capitales y es una forma de reconocer y compensar los malos momentos que hemos hecho pasar a nuestros accionistas los últimos años'.

En paralelo, y como medida para contener los costes, Hellstroem anunció que la compañía despedirá a otros 5.000 trabajadores. Con lo cual la compañía habrá despedido desde 2000 un total de 47.000 empleados. Ahora tiene 76.200.

Hellstroem precisó que el mercado de telefonía móvil continuará en muy malas condiciones hasta final de año. 'No podemos prometer nada positivo. Intentamos hacer previsiones y los resultados son cada vez más negativos', explicó.

'De acuerdo con estas condiciones de mercado', detalló, 'y si seguimos sin ver un cambio en las condiciones de mercado, no descartamos intensificar la política de recorte de costes'. Hellstroem anunció que la previsión de la empresa es cerrar el año con un plantilla por debajo de los 60.000 trabajadores y confió en 'retornar a los beneficios el año que viene'.

Ericsson registró en el primer semestre pérdidas netas de 7.197 millones de coronas suecas (769 millones de euros), un 47% menos que en 2001. El volumen de negocio de la empresa nórdica descendió un 28% y totalizó 75.711 millones de coronas suecas (8.098 millones de euros).

En el segundo trimestre, Ericsson perdió 3.500 millones de coronas suecas (385 millones de euros), un 75% menos que en el mismo periodo de 2001. La facturación de la empresa nórdica en este periodo se redujo un 31%, hasta 38.545 millones de coronas suecas (4.123 millones de euros).

Mil trabajadores menos en España desde que empezó la crisis

 

 

 

 

Las nuevas malas noticias de los resultados de Ericsson llegan a España cuando su filial nacional acaba de dar por finalizado uno de los recortes de plantilla más importantes que ha debido afrontar en los últimos años. Este ajuste ha sacado de la empresa a 800 personas y dejado la fuerza laboral de la empresa en España en 2.300 empleos cuando al principio de esta crisis, hace dos años, tenía una plantilla de 3.300 trabajadores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuentes de la compañía en Madrid, como en otras ocasiones, se han mostrado muy cautas sobre las repercusiones locales de este nuevo episodio de ajuste a nivel internacional. No obstante, consideran inevitable que los efectos se vuelvan a notar con mayor o menor intensidad en el plazo de los próximos dos o tres meses.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las fuentes citadas recuerdan que la situación de Ericsson en España presenta algunas peculiaridades en relación con otras empresas del grupo en el resto del mundo. En primer lugar, la filial nacional hace tiempo que terminó con el proceso de 'externalizar' las plantas de producción que tenía en España y que fueron vendidas a compañías especializadas en fabricación de componentes sin marca. La única excepción es la fábrica que tiene en Zamudio, cerca de Bilbao, que da empleo a 180 personas. Ericsson ha realizado distintos intentos de vender o cerrar esta planta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No obstante, no ha podido culminar su objetivo y a día de hoy se mantiene la producción, ahora dedicada a la fabricación de terminales fijos celulares destinados a cubrir las necesidades de telefonía de las zonas rurales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otro de los elementos distintivos de la filial española es el gran peso que tienen en la plantilla los ingenieros dedicados a I+D: un total de 1.300 trabajadores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hasta la fecha, la matriz ha creído conveniente no reducir la capacidad de la multinacional de inversión en proyectos de innovación.

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