Oleada de quiebras en los clubes de golf japoneses
Las empresas gestoras de campos de golf, uno de los deportes favoritos de los empresarios japoneses, padecen un rosario de quiebras y en el primer semestre del año tuvieron que cerrar sus puertas 51 compañías, según el instituto de investigación Tokyo Shoko. El número iguala a las quiebras registradas el año pasado, que era hasta la fecha la cifra récord.
Para el centro investigador, el aumento de las quiebras se debe al descenso continuo del número de jugadores como consecuencia de la larga crisis económica que padece Japón, y también porque las empresas administradoras deben hacer frente a cuantiosas devoluciones de depósitos previamente realizados por sus miembros.
De las 51 quiebras registradas hasta ahora, poco menos de la mitad, 21, llegaron a acumular deudas superiores a los 10.000 millones de yenes (unos 85 millones de euros). El centro de investigación económica destaca la bancarrota del complejo hotelero del Hotel Kawana Golf, en la península de Izu y cercano a Tokio, con un pasivo de 172.000 millones de yenes (1.470 millones de euros).
El golf es uno de los deportes que prefieren los empresarios a la hora de cerrar acuerdos económicos y los carnés de socios de los clubes alcanzan precios astronómicos en función del lujo y los apellidos de sus socios, de forma que la práctica del deporte quedaba en un segundo plano. De lo que disfrutaban los responsables empresariales era de opulentas instalaciones.
Durante la época especulativa de la burbuja económica a finales de la década de los ochenta, el golf lo practicaban en Japón casi 40 millones de personas en cerca de 1.800 campos, repartidos por toda la geografía del país, aunque más de la mitad se encuentran concentrados en la periferia de la metrópoli de Tokio. Ser socio de los clubes más selectos costaba una fortuna, pagada casi siempre por las empresas, que en plenas dificultades con sus cuentas ahora han optado por cancelar las jugosas partidas que recibían las compañías gestoras de las instalaciones deportivas.
Por ejemplo, disfrutar de las instalaciones del exclusivo Club Yomiuri requería un desembolso de 290 millones de yenes (2,4 millones de euros), seguido muy de cerca por el Koganei, cuya tarifa superaba los 270 millones de yenes (2,3 millones de euros), y el Lakke Wood, con un precio de 185 millones de yenes (1,5 millones de euros).
Ahora los empresarios deberán sustituir los clubes de golf como centros de negocios por otras alternativas.