La justicia francesa complica la carrera de Trichet para suceder a Duisenberg
El gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet, será juzgado por un tribunal correccional por su presunta implicación en el maquillaje de las cuentas de Crédit Lyonnais en 1993, cuando era director del Tesoro.
El juez instructor del caso, Philippe Courroye, ha decidido que tanto Trichet como el antiguo presidente de Crédit Lyonnais Jean-Louis Haberer, el ex gobernador del Banco de Francia Jacques de Larosiere y otros seis responsables de la entidad bancaria y del Tesoro tengan que explicarse ante los magistrados del tribunal correccional.
Courroye rechaza así los argumentos de la Fiscalía, que había pedido la absolución de Trichet, y confirma su procesamiento por complicidad en la presentación de cuentas inexactas y difusión de informaciones falsas o engañosas. Trichet fue ya imputado en abril de 2000 por estos hechos.
El ministerio público puede ahora tramitar el sumario para que se fije una fecha para el proceso o presentar un recurso ante el Tribunal de Apelación contra el fallo del juez instructor.
Crédit Lyonnais presentó en marzo de 1993 unos resultados, correspondientes al ejercicio anterior, con 270 millones de euros, y un año después las pérdidas del balance oficial aumentaron a unos 1.037 millones de euros. Al final, el agujero financiero fue de unos 15.244 millones de euros. En una nota que escribió unos días después al entonces ministro de Economía, Michel Sapin, Trichet justificaba la presentación de unas pérdidas de sólo 270 millones de euros porque una cifra mayor 'habría llevado a no respetar la relación de solvencia mínima del 8% y suscitar interrogantes sobre la solidez financiera de la primera entidad europea'.
A pesar de la noticia, fuentes gubernamentales informaron ayer de que la posición del Ejecutivo francés respecto a la candidatura de Trichet para convertirse en el nuevo presidente del BCE no ha variado tras la remisión del caso Crédit Lyonnais al tribunal correccional. Cuando Duisenberg fue nombrado presidente del BCE, hubo un acuerdo tácito entre los Gobiernos de la Unión Monetaria para que un francés (probablemente Trichet) sucediera en 2003 al holandés Wim Duisenberg, que dejaría el cargo 'voluntariamente'.