Zapatero reprocha a Aznar su política 'autoritaria y antisocial'
El líder de la oposición y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió ayer al pleno del Congreso ofreciendo al presidente del Gobierno, José María Aznar, máxima colaboración en materias que considera 'de Estado', como la lucha con el terrorismo, la política exterior -puso como ejemplo la crisis diplomática actual con Marruecos por la ocupación del islote Perejil- y el proceso de traspaso de competencias.
En cambio, se mostró muy crítico con la política económica del Ejecutivo y el talante 'autoritario y antisocial' que, en su opinión, ha desarrollado en los dos últimos años. Zapatero conminó a Aznar a sentarse a hablar con los sindicatos sobre la reforma de las prestaciones por desempleo y con los rectores sobre la ley de reforma universitaria, y a que no desprecie las consecuencias de la huelga general del 20 de junio. 'Haga como los alemanes, encargue a los expertos un diagnóstico sobre la realidad laboral y estudie los resultados antes de imponer decretos a los sindicatos; espero, en los dos años que le quedan, un cambio de estilo, de talante dialogante', dijo. El líder socialista recalcó a Aznar el cambio de expectativas que se ha operado en la economía española en los últimos meses. 'Las cosas se han torcido en España; se crece menos, los precios suben, las familias pierden poder de compra y los ahorradores ven la Bolsa con máxima preocupación', dijo en un discurso inicial algo desordenado.
Aznar, en un tono pausado y apático, le replicó que la economía española está creciendo por encima de la media comunitaria a pesar de todo, las finanzas están equilibradas y la Seguridad Social cosecha récords consecutivos en el número de afiliados. El jefe del Ejecutivo propuso a Zapatero un acuerdo en financiación local al tiempo que le acusó de no ser una alternativa creíble al Gobierno.
Zapatero, en su turno de réplica, mucho más ágil que en su discurso inicial, expuso ante un hemiciclo abarrotado de periodistas y diputados -una de las pocas sesiones en que ha sucedido- una batería de propuestas económicas y sociales.
Entre ellas, destacó la subida del salario mínimo interprofesional para familias que ganen menos de 480 euros mensuales, la corrección de la tarifa del IRPF en función de la inflación, un mayor impulso a la liberalización de los mercados energéticos y de telecomunicaciones, una ley de paridad de acceso igualitario de hombres y mujeres a cargos públicos, un plan de choque contra la inflación, que incluya la retirada de las tasas e impuestos que entraron en vigor este año, y otro plan urgente 'de convergencia' con la UE en innovación tecnológica e investigación
'Se ha abandonado la educación pública y hay poca inversión en la sociedad del conocimiento, pilares básicos del futuro; no sé si habrá déficit cero, pero estoy seguro de que hay déficit social', comentó, arrancando los aplausos de las bancas socialistas. Zapatero reprochó también a Aznar lo que considera 'fracaso' del Gobierno en seguridad ciudadana. Puso como ejemplo el Plan Policía 2000, que diseñó el ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja.
Zapatero pidió también más fondos para política social de los ayuntamientos, 'en vista de que ya hay colectivos marginales que están perdiendo ayudas al ir destinadas ahora a los inmigrantes'.
Más vivienda y menos temporalidad
Una de las principales críticas que hizo el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, a José María Aznar fue la política de vivienda. 'Con usted el precio de la vivienda ha subido un 50%, a un ritmo del 9% anual; hay un tercio menos de viviendas de protección oficial y la especulación se está cebando en el mercado inmobiliario mientras aumenta el endeudamiento de las familias, sobre todo los jóvenes, para acceder a una casa', recordó. El dirigente socialista propuso que se destine a vivienda social el 40% del suelo de los terrenos con que cuenta el Ministerio de Defensa y se fomente el alquiler de inmuebles, sobre todo en Madrid y las capitales de provincia.
En materia laboral, propuso una ley de reforma que penalice la contratación temporal y el encadenamiento de contratos eventuales. Por otro lado, pidió la creación de una oficina presupuestaria en el Congreso, para un mejor seguimiento de las cuentas públicas, asunto que ya quedó pendiente en la anterior legislatura.