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Estados Unidos

La fiscalía investiga a la filial de intermediación eléctrica de Duke

Duke Energy se ha convertido en la tercera compañía eléctrica en ser investigada por la fiscalía por la actividad de su filial de intermediación. Tras descubrirse que empresas como Enron, Reliant, Dynegy y CMS se habían embarcado en transacciones engañosas para elevar el volumen de cartera de intermediación, comenzó hace algo más de un mes una investigación para conocer hasta qué punto se engañaba a los inversores y además se manipulaba el precio de la energía que tan caro costó a California.

El esquema de operaciones era simple. Una compañía vendía a otra un cierto paquete de energía para comprarlo inmediatamente después al mismo precio. La operación no afecta a los beneficios de la empresa pero sí al volumen negociado, lo que da una impresión falsa de la realidad de la compañía y puede ser del todo engañosa para los inversores.

La admisión por parte de las compañías de estas prácticas de compraventa vacías desencadenó una ola de dimisiones entre los responsables de las intermediadoras que terminó incluso con la salida del presidente de Dynegy y el de CMS.

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A la solicitud por parte de la fiscalía se une la de la Comisión del Mercado de Futuros y Materias Primas, según se informó por parte de la propia empresa energética. La compañía presidida por Richard B. Priory aseguraba ayer mediante un comunicado que colaborará con la investigación judicial abierta en el Estado de Tejas. La empresa tiene sede en Charlotte, Carolina del Norte.

Su portavoz aseguró ayer que no sabían cuál era el alcance de la investigación. Tampoco se sabe aún en qué momento procesal está esta investigación que lleva abierta algo más de mes y medio.

También la SEC (el organismo regulador de los mercados) solicitó el pasado junio documentación a la eléctrica. Duke dijo ayer que se ha visto envuelta en este tipo de transacciones vacías a petición de un tercero pero que no fueron específicamente diseñadas para aumentar ingresos, beneficios, volumen o precios.

Crisis de California

Duke ya había hecho llegar a la Comisión Federal Reguladora de la Energía (FERC, en sus siglas en inglés) parte de esta documentación requerida para estudiar en qué medida se manipuló, a través de estas filiales de intermediación, el precio de la energía en el mercado de California creando un caos en este estado durante 2000 y 2001.

La FERC inició esta investigación al hacerse público, tras su colapso, que la energética Enron había puesto en marcha algunas estrategias de mercado destinadas a elevar el precio de la energía creando artificialmente problemas de demanda en este Estado.

Actualmente son cerca de 150 compañías las que han sometido esta documentación a la oficina federal, pero, como en la gran mayoría de las investigaciones, aún no se ha llegado a ninguna conclusión.

Como corresponde a la era pos Enron en el sistema empresarial americano, las acciones de Duke Energy caían ayer un 11% poco después de la apertura del mercado. Un descenso que pone mucha más presión sobre un valor que está en un sector gravemente tocado, junto con el de las telecomunicaciones, por la seria crisis de confianza que cruza el parqué de las Bolsas. En lo que va de año, Duke se ha depreciado un 36% a golpe de escándalo entre las compañías del sector.

Actualmente se revisa en Washington una propuesta legislativa que va a incidir en una mayor transparencia de las operaciones de compraventa de grandes cantidades de electricidad, gas natural, gasolina o petróleo para evitar este tipo de engaños.

Presión sobre el ex presidente de Worldcom

 

Bernard Ebbers, presidente y consejero delegado de Worldcom hasta el pasado mes de mayo, estaba muy al corriente de todas las manipulaciones de los libros de la empresa. Según la investigación interna que se está produciendo en la segunda operadora de telefonía de EE UU y que se está haciendo llegar al Congreso, el ya ex director financiero de la compañía, Scott Sullivan, ha admitido que Ebbers estaba informado de que hasta 3.895 millones de dólares se habían contabilizado de forma errónea para inflar artificialmente los estados financieros.

 

 

 

 

 

 

 

Ebbers dijo ser inocente en el Congreso cuando el lunes pasado tuvo que comparecer, y después de hacer una encendida defensa de sus intenciones y asegurar desconocer los trucos de la contabilidad de su empresa, se acogió a la quinta enmienda de la Constitución, que permite no testificar.

 

 

 

Y mientras el cerco se estrecha sobre Ebbers, la empresa está tratando de reconducir su situación financiera. John Sidgmore, su actual presidente, admitió ayer a The Wall Street Journal que cada vez es más difícil evitar que la compañía tenga que solicitar la suspensión de pagos. Sidgmore dijo hace una semana que el futuro de la empresa está en las manos de los bancos con los que ha mantenido hasta ahora un frenético calendario de encuentros.

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