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Ecofin

Solbes tolera más déficit al que sea más productivo

Los ministros de Economía de la UE aprobaron ayer una interpretación más flexible del Pacto de Estabilidad, que ampliará el margen de maniobra presupuestaria para los países con más productividad, menos paro y mayor inversión en infraestructuras. España, el único país de la UE donde la productividad sigue cayendo, sólo pudo obtener un año de tregua antes de que se le apliquen estos criterios, que pueden complicar su examen presupuestario anual.

El comisario de Economía, Pedro Solbes, prometió 'prudencia' en la utilización del nuevo método de análisis que, reconoce, 'será mejor para unos que para otros'. Thor Pedersen, ministro danés de Finanzas y presidente este semestre del Consejo de la UE, se congratuló por la sustitución del 'sencillo' método estadístico utilizado hasta ahora por la Comisión Europea y advirtió que la nueva evaluación tomará muy en cuenta 'la tasa de paro y la productividad de la mano de obra'.

'Nuestro sencillo método estadístico es bastante complejo', bromeó Solbes. 'Pero lo vamos a hacer aún más complejo porque los expertos dicen que es mucho mejor'. El comisario se comprometió a no aplicar 'mecánicamente' un análisis que termina con la linealidad de los objetivos nominales de déficit exigidos hasta ahora. Se mantiene el umbral máximo del 3% de déficit fijado en el Pacto de Estabilidad desde 1997. Pero se prima un análisis cíclico de las cuentas públicas que favorece las economías más modernizadas y con mayor capacidad de recuperación.

Las peticiones en favor de aplicar la función de producción, como se conoce técnicamente el nuevo método, venían sucediéndose desde que la ralentización económica puso en peligro los objetivos de déficit de Alemania, Francia, Italia y Portugal. El ministro británico de Finanzas, Gordon Brown, también se sumó a la corriente para pedir un tratamiento más tolerante con los países que soportan un bajo nivel de deuda.

Frágil equilibrio

En el extremo opuesto se encuentra España, país que ha conseguido equilibrar sus cuentas, pero al que un análisis del potencial de crecimiento puede exigirle un esfuerzo fiscal mayor. El nuevo método calcula la capacidad de un país para crecer sin generar desequilibrios inflacionistas o macroeconómicos que amenacen su evolución presupuestaria o las del conjunto de la zona euro. Los primeros cálculos de la Comisión atribuían a España un nivel de crecimiento sano, muy por debajo del ritmo actual. Bruselas retiró esas cifras ante la protesta airada del Gobierno, pero Madrid teme que acaben surgiendo otras similares. 'Quien realmente entiende el mecanismo de la función de producción, lo teme', afirman fuentes del ministerio de Economía.

El nuevo secretario de Estado, Luis de Guindos, que representó a España en el Consejo, logró que la función de producción no se aplique al próximo programa de estabilidad español, que cubrirá los ejercicios 2002-2005. Pero después será inevitable.

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