El sector servicios de EE UU frenó en junio su fuerte crecimiento
El instituto de gestión de la oferta (ISM en sus siglas en inglés) dio a conocer ayer un mal dato sobre la economía estadounidense. El sector servicios, responsable de dos tercios del PIB del país, experimentó un crecimiento durante el pasado mes de junio mucho menor del esperado, especialmente ahora en un momento de vacaciones o preparación de ellas. El índice elaborado por el instituto se queda en los 57,2 puntos cuando el mes anterior había llegado al 60,1.
Los niveles a los que habían llegado eran los mejores de los últimos dos años, por lo que tampoco se debe elevar el tono de la preocupación. Pero eso sí, es la primera vez que se produce un retroceso desde el pasado mes de febrero. Los economistas sugieren esperar a ver la tendencia antes de concederle a este dato una excesiva importancia porque el cuadro completo macroeconómico todavía induce al optimismo.
De hecho, ayer se supo además que los pedidos a fábrica han crecido un 0,7%. El porcentaje es muy positivo porque la industria ha sido la que más ha sufrido la recesión en la que se instaló el país en febrero de 2001 y además es el tercer mes de subida. Los inventarios cayeron un 0,4%, por lo que se espera que la actividad industrial siga creciendo.
Según Maury Harris, economista de UBS Warburg, la lectura del índice del ISM es que la aceleración de la economía no se producirá durante este verano. La caída de los servicios y la predicción de ralentización están en línea con las previsiones de muchos economistas y la propia Reserva Federal, que consideran que será imposible repetir un crecimiento del PIB a un ritmo del 6,1% como en el primer trimestre.
Otro de los datos positivos hechos públicos ayer y que ayudan a matizar el mal dato de los servicios es la bajada del número de trabajadores que solicitan los beneficios de desempleo. El pasado mes fueron 382.000 trabajadores los que lo solicitaron frente a 393.000 que lo hicieron el mes anterior. Esta cifra es la menor desde que comenzó la recesión y puede trasladarse a una cifra de desempleo (que se conocerá el viernes) más positiva.
Algunos analistas creen que las cifras de paro quedarán en el 5,9%. El dato es importante en la medida en que la demanda de los consumidores y su confianza en la economía han dado ya algunos síntomas de agotamiento. Para la Reserva Federal esta cifra se ha convertido casi una prioridad para decidir una subida de tipos. La Reserva no quiere poner en peligro la demanda por una subida que haga más difícil a los desempleados consumir.