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Paz

La OTAN prevé continuar en Bosnia incluso si sale la ONU

El portavoz de la OTAN, Yves Brodeur, afirmó ayer que la reunión convocada de forma extraordinaria para debatir la situación de la SFOR (Fuerza de Estabilización) en Bosnia tras el veto de Estados Unidos a que la misión de la ONU continúe duró sólo 35 minutos. Los suficientes para que los países aliados renovasen 'el compromiso de seguir implicados en Bosnia', afirmó.

No obstante, 'no se planteó ninguna decisión sobre la mesa', dijo Brodeur, sino que esperarán al miércoles, fecha límite para que el Consejo de Seguridad de la ONU alcance un acuerdo sobre la continuidad de su misión en la zona, para pronunciarse oficialmente. La SFOR tiene en la actualidad 19.000 efectivos en Bosnia, que se prevé queden reducidos a 7.000 a finales de este año. Su presencia en el país quedó incluida en los acuerdos de paz de Dayton, que pusieron fin a la guerra en 1995. Es por ello que la Alianza Atlántica no cree que su misión esté vinculada a un mandato de la ONU que se tambalea por culpa de EE UU.

El Gobierno de George Bush vetó el domingo la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para prorrogar otros seis meses su misión de paz en la zona. Su marcha significaría la retirada de unos 1.600 efectivos que ofrecen entrenamiento policial a alrededor de 17.000 oficiales y, según dijo el Gobierno bosnio, supondría un revés a los intentos de Bosnia de valerse por sí misma tras la guerra que terminó en 1995.

Fuentes diplomáticas indicaron que, a pesar de la opinión generalizada de continuar su misión, EE UU podría hacer uso una vez más de su política unilateralista y retirar a los 2.500 soldados que tiene en la SFOR. Sin embargo, lo más probable es que Washington no los retire, pues los acuerdos de Dayton, a los que está sujeta la SFOR, prevén inmunidad para todos los integrantes de la fuerza, de modo que éstos sean juzgados en sus respectivos países si cometen delitos.

La ausencia de inmunidad para los soldados en la misión de la ONU es la que ha llevado a EE UU a vetar la continuidad de esta fuerza. Washington se ha opuesto desde un principio a la legitimidad del Tribunal Penal Internacional (TPI), que entró ayer en vigor y que podría juzgar a sus soldados por delitos cometidos en Bosnia. La decisión de Bush ha puesto en tela de juicio las misiones de paz y ha despertado las críticas de la UE, que relevará en la vigilancia a la ONU en Bosnia en 2003. La ministra alemana de Cooperación y Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, calificó ayer de 'chantaje' las exigencias de EE UU. Por su parte, el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, afirmó que es 'absolutamente conveniente' que las tropas estadounidenses participen en la misión de paz.

La presidencia danesa de la UE, estrenada ayer, convocó una reunión de los embajadores de los Quince ante el Comité Político y de Seguridad (COPS) para analizar la situación.

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