Los escándalos minan la credibilidad de las prácticas contables de EE UU
Las dudas sobre la credibilidad de los resultados de las empresas se han extendido por todo el mundo en una auténtica crisis de confianza, cuyo epicentro se encuentra en Estados Unidos. Hace pocos años, las prácticas contables del país norteamericano eran un referente a imitar, y ese camino emprendió la Unión Europea. Hoy, sin embargo, los continuos y sucesivos escándalos están provocando un rechazo frontal entre los inversores.
La SEC está en estos momentos investigando unas 60 empresas por prácticas que van desde la compraventa de contratos para inflar los ingresos hasta la ocultación de deudas fuera de balance. El número de compañías que ha tenido que modificar sus cuentas a raíz de estas investigaciones crece día a día y la contabilidad real acerca a muchas de ellas a la suspensión de pagos.
Los casos de Enron y WorldCom han sacudido los cimientos de las Bolsas de todo el mundo, pero ha sido la acumulación de experiencias de este tipo la que está cerca de acabar con la paciencia de los inversores. Las eléctricas de Estados Unidos, con Duke Energy a la cabeza, han reconocido haber apelado a contratos de compraventa falsos para aumentar su volumen de pedido y, en algunos casos, sus ingresos. La operativa es bastante sencilla: una compañía contrata con otra un determinado suministro y ésta, a su vez, se convierte en proveedora por el mismo volumen.
Este sistema es similar al de las empresas de telecomunicaciones, que también están en el ojo del huracán por los contratos de venta de capacidad de sus redes. La última víctima del escrutinio de la SEC, según se supo ayer, es Qwest por 1.442 millones de euros de ingresos cuya contabilización está bajo sospecha.
Más preocupante es el caso del operador de televisión por cable Adelphia Communications, que solicitó la suspensión de pagos el pasado martes después de un mes luchando por buscar alternativas. Esta compañía está siendo investigada por la SEC por la posibilidad de que tenga cerca de 3.200 millones de euros de deudas fuera del balance.
La lista de casos similares es prolija en operativas y nombres e incluye los de compañías como Global Crossing, Tyco, Computer Associates o Imclone Systems.
Los inversores y las instituciones europeas miran con preocupación los acontecimientos del otro lado del Atlántico, pero el Viejo Continente tiene sus propios problemas. Sin llegar a los extremos de EE UU, empresas como Cable & Wireless, Vivendi, KPNQwest o Elan tampoco están fuera de sospecha.