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Crisis

La desconfianza de los inversores hunde las divisas latinoamericanas

El presidente mexicano, Vicente Fox, reconoció ayer lo evidente: la región se ha visto contagiada por la inestabilidad financiera de Argentina, primero, y Brasil, después. 'De alguna manera, comienza a tener algún efecto la situación de Argentina y Brasil', dijo Fox en una entrevista en el diario argentino Clarín.

'Sin embargo, en México tenemos en general una situación de estabilidad en este momento. La inestabilidad se da con el tipo de cambio, pero más bien tiene que ver con el dólar', insiste.

Como recuerda Fox, EE UU es el principal socio comercial de México, al que destina un 85% de sus exportaciones. Sin embargo, la caída de la divisa estadounidense ha reforzado las posiciones de divisas como el euro o el yen, mientras que en el caso de América Latina el desplome de las divisas es generalizado frente al dólar.

Las razones de este comportamiento diferencial de las monedas en América Latina se encuentran en la percepción de toda la región como zona de alto riesgo por parte de los inversores y la crisis de confianza generalizada que atraviesa la economía mundial. En ese contexto, el dólar se convierte en el valor refugio en la región en detrimento de las divisas locales.

El peso mexicano superó ayer las 10 unidades por dólar, máximo en meses y techo fijado por el Banco Central para iniciar una política de intervención masiva en el mercado. El real cayó ayer a mínimos históricos, al cotizar a 2,86 unidades frente al dólar, lo que da al traste con el Plan Real puesto en marcha en 1997.

El peso argentino superó, en el mercado libre, las 4,05 unidades por dólar. El peso chileno también abrió a la baja y bajó hasta las 703 unidades por dólar. En Venezuela, el bolívar superó las 1.310 unidades. El Banco Central de Bolivia devaluó un 4,7% el peso, cuyo tipo de cambio fija la entidad diariamente, para poder competir con sus vecinos.

'Los inversores están huyendo del riesgo', resumía una analista desde Londres.

Por el tamaño de sus economías, Brasil y México son los países que más preocupan a los inversores. No en vano, el FMI salió ayer en defensa de la primera economía suramericana al elogiar el 'sobresaliente historial económico de Brasil.

El FMI elogia a Brasil

En un mensaje destinado a calmar el nerviosismo de los mercados brasileños en medio de los temores surgidos sobre los resultados electorales de octubre, el organismo se comprometió a trabajar con cualquier Ejecutivo de Brasil siempre que se comprometa a implementar políticas sólidas.

'El historial [de los brasileños] en los últimos años, frente a algunas pruebas duras del mercado, ha sido sobresaliente', aseguró Tom Dawson, portavoz del Fondo. 'El FMI está deseando trabajar con cualquier nuevo Gobierno comprometido con la implementación de políticas sólidas'. señaló.

'Damos la bienvenida a la reciente expresión de amplio apoyo dentro de Brasil para mantener políticas económicas responsables en los meses previos a la elección presidencial y, más allá, hacia un nuevo Gobierno', remató.

Pero la verdadera preocupación de los inversores pasa por la capacidad del Gabinete para honrar el pago de la deuda, dada la reciente experiencia argentina que decretó la suspensión de pagos el pasado enero.

El presidente del Banco Central brasileño, Arminio Fraga, viajó ayer a Londres, y hoy lo hará a París, para intentar calmar a los inversores, aunque sus compromisos quizás se quedaron cortos.

Fraga aseguró que, con los actuales rendimientos, el Gobierno puede manejar la deuda hasta el próximo año y que de los 100.000 millones de reales (37.190 millones de euros) que le restan por pagar en deuda para lo que resta de ejercicio el Gobierno ya tiene cubiertos 70.000 millones (26.033 millones de euros).

'Brasil puede tener una crisis antes de que asuma el nuevo Gobierno', apuntaba José Luis Daza, de Deutsche Bank AG.

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