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Coyuntura europea

453.000 millones de pesetas no han sido canjeados por euros

La peseta se resiste a desaparecer totalmente de los bolsillos de los consumidores. El Banco de España ha retirado ya de la circulación, desde el 1 de enero hasta el 24 de junio, billetes y monedas denominados en pesetas por valor de 46.116 millones de euros, un 94,4% del saldo que había en circulación a finales del año 2001. Queda sin canjear, pues, una cantidad pequeña en porcentaje (el 5,6% del total), pero muy considerable en valor absoluto: 2.723 millones de euros (453.000 millones de pesetas), equivalente al 0,4% del producto interior bruto (PIB) español.

De esta cantidad, aproximadamente 1.000 millones de euros corresponden a monedas en pesetas, y los 1.723 millones de euros restantes, a billetes en pesetas, según aclararon ayer a Cinco Días en fuentes del propio Banco de España. El destino de este dinero es incierto. Lo que es seguro es que se encuentra en manos de los ciudadanos. Parte inutilizado por el deterioro lógico del papel-moneda, parte perdido, y parte, sencillamente sin canjear por múltiples razones. El próximo domingo, 30 de junio, es el último día del periodo establecido en España para el canje gratuito de pesetas por euros en las entidades de crédito. A partir del próximo lunes, 1 de julio, el canje de billetes y monedas en pesetas por euros podrá seguir realizándose en el Banco de España y sus 53 sucursales, de forma gratuita y por tiempo ilimitado.

La autoridad monetaria prevé que el goteo continúe en los próximos meses aunque a un ritmo muy inferior. De hecho, en las primeras tres semanas de junio, sólo se han canjeado pesetas por valor de 300 millones de euros (50.000 millones de pesetas).

Algo parecido está ocurriendo en el resto de países de la zona euro. El Banco Central Europeo da por bueno que en todo el área puedan quedar sin canjear entre 30.000 y 40.000 millones de euros, con cantidades muy altas en Alemania y Francia. Los respectivos Estados computarían esta cantidad como ingreso en las reservas de sus bancos centrales. El mecanismo aún no está determinado. La oficina europea de estadística, Eurostat, está estudiando cómo hacerlo. La peculiaridad de la operación puede provocar que se recomiende a cada Estado hacerlo como quiera, según fuentes consultadas en Bruselas. Hace dos años, Eurostat convino, por ejemplo, que los ingresos procedentes de las subastas de licencias de UMTS (telefonía de última generación) se utilizasen para reducir el déficit público. En caso de hacerlo, los Estados encontrarían grandes alivios en sus finanzas públicas.

1.000 millones para África

Algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) y entidades sociales han encontrado una solución para dar un buen destino a las últimas pesetas.

Tres de ellas (Médicos Sin Fronteras, Intermón Oxfam y Cruz Roja) presentaron ayer en Madrid los resultados de la campaña Juntos por África, en la que, con la colaboración de Coca-Cola y y la logística MRW, han logrado recaudar cerca de seis millones de euros (1.000 millones de pesetas) en pesetas no canjeadas, a través de las 214.000 huchas distribuidas por todo el territorio nacional en bares, restaurantes, sucursales financieras, farmacias, quioscos de prensa, aeropuertos y colegios. Una buena iniciativa que servirá para proyectos sociales y humanitarios en 10 países africanos.

Irlanda, segundo país más caro del área

 

Irlanda es el segundo país de la zona euro en donde resulta más caro vivir, según revela un informe elaborado por el Gobierno de Dublín para evaluar el impacto de la introducción de la moneda única.

 

 

 

 

 

 

 

Sólo Finlandia supera los precios de Irlanda, donde algunos sectores se encarecieron significativamente tras la adopción del euro en enero de 2002. Desde el 1 de enero, los irlandeses pagan bastante más que sus vecinos europeos por visitar al médico de cabecera, al dentista, al peluquero y al farmacéutico, informa Efe. La entrada a las salas de cine y las facturas de bares y restaurantes también registraron incrementos notables en sus precios, como en España.

 

 

 

El informe compara los precios en Irlanda con los de sus socios comunitarios desde principios de este año e identifica aquellos sectores que se han beneficiado de la introducción de la divisa europea. El dinamismo económico del país desde mediados de los noventa no justifica por sí solo la espectacular subida de precios. El alza de impuestos y del coste del transporte podría haberla favorecido.

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