Ferrovial y Macquarie pagan 3.800 millones por el aeropuerto de Sidney
Ferrovial, junto a su socio australiano Macquarie y la alemana Hochtief, se ha adjudicado la explotación del mayor aeropuerto de Australia, el de Sidney, durante 95 años, tras ofrecer en la subasta convocado por el Estado la cifra más alta, 6.300 millones de dólares australianos (3.850 millones de euros).
La pugna, en la que participaban otros dos consorcios, uno liderado por la British Airport Authority, y otro por el aeropuerto internacional de Vancouver, se ha resuelto por precio, ya que previamente los tres finalistas pasaron un proceso de calificación para poder pujar.
La compra de esta concesión supone la mayor transacción en el negocio aeroportuario a lo largo de su historia, es la segunda operación más relevante que Ferrovial realiza en el exterior tras la compra de la autopista de Toronto y representa la inversión más voluminosa realizada por una firma española en ese país de las antípodas.
El consorcio ganador está liderado por el grupo local Macquarie, socio de Ferrovial en el negocio de las autopistas, con el 40%, e introductor del grupo que preside Rafael del Pino en aquel país. La empresa española controla el 20% del grupo ofertante, lo que la convierte en el segundo socio. También participan en la oferta ganadora el líder alemán de la construcción Hochtief, con un 15% del consorcio, y Abbey National, titular del 5%.
La operación, cuya financiación está garantizada por un consorcio de bancos, implica unos plazos de desembolso muy exigentes, como suele ocurrir en este tipo de subastas en los países anglosajones.
Así, el 10% de la cantidad ofrecida por el consorcio de Ferrovial debe desembolsarse hoy y el resto en los cinco días siguientes. El consorcio ganador, denominado Southern Cross Airports Corporation, tiene previsto refinanciar a corto plazo la operación mediante un crédito sindicado a largo plazo. Es un esquema similar al utilizado por Ferrovial en la compra de la autopista de Toronto.
El desembolso realizado por Southern Cross se destina principalmente a la compra de las acciones de la sociedad concesionaria, en concreto 4.200 millones de dólares (2.495 millones de euros). Otros 1.300 millones de dólares servirán para asumir la deuda existente en la concesionaria y los 800 millones de dólares restantes se destinan a otros fines. La financiación de la oferta procederá en el 32% de recursos aportados por los socios, el 60% es deuda, y el 8%, deuda subordinada.
El impacto de la compra será negativo para las cuentas de Ferrovial hasta el año 2005, debido a las pérdidas que registra actualmente la sociedad concesionaria del aeropuerto australiano y a la amortización del fondo de comercio derivado de la compra. Pese a este déficit inicial, el grupo español calcula que la tasa interna de rentabilidad de esta inversión se sitúa entre el 16% y el 20%.
El aeropuerto de Sidney, situado a ocho kilómetros de la ciudad, registró el pasado año un tráfico de 25,4 millones de pasajeros -cifra similar a la de Roma y superior a la de Orly (París)-, y canaliza el 50% del tráfico internacional de Australia, dirigido principalmente a Londres y París en Europa, y a Hong Kong, Bangkok, Singapur y Kuala Lumpur en Asia.
Los ingresos de este aeropuerto ascendieron a 230 millones de euros en 2001, con un resultado operativo de 138,1 millones de euros. El aeródromo de Sidney cuenta con tres pistas, cuatro terminales de pasajeros, seis terminales de carga y seis aparcamientos, con un total de 8.652 plazas.
Con la adjudicación de esta concesión, Ferrovial triplica su cifra de negocio en el área de gestión de aeropuertos. Así, la compañía estima que más de 40 millones de pasajeros utilizarán anualmente los 12 aeródromos participados por la constructora, ubicados en Reino Unido (Bristol), México (Cancún y otros ocho en el sureste del país), Chile (Antofagasta) y Australia (Sidney).
De los 2.000 millones de euros comprometidos por Grupo Ferrovial en la promoción de infraestructuras de transporte, 240 millones están destinados al área de aeropuertos.
Presencia en los órganos de decisión
Ferrovial tendrá un papel destacado en la operación del aeropuerto de Sidney ya que contará con uno de los tres puestos del comité de estrategia de la sociedad concesionaria del aeropuerto de Sidney y dos de los 11 puestos del consejo de administración, según fuentes de la compañía española.
En todo caso, está adquisición coloca al grupo controlado por la familia Del Pino entre los primeros operadores de aeropuertos en el mundo.
El aeródromo de Sidney, que fue remodelado con motivo de los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad en el año 2000, puede realizar un máximo de 80 operaciones a la hora.
El Gobierno australiano ha advertido al consorcio ganador que mantendrá esos límites. 'La venta no cambiará las políticas de gestión de ruidos determinadas por el Gobierno, dado que éste mantiene el control regulador en su totalidad', aseguró el ministro de Finanzas. Hoy día, los aviones no pueden despegar o aterrizar entre las 11 de la noche y las 6 de la mañana.
Actualmente, algo más de la mitad de los ingresos de la concesión provienen de la explotación comercial de las terminales y de los aparcamientos. Además, la instalación cuenta con superficie para continuar su desarrollo inmobiliario, lo que debería permitir nuevos ingresos, según Ferrovial.
El concurso de privatización del aeropuerto fue reactivado la pasada primavera, después de que se suspendiera tras los sucesos del pasado 11 de septiembre. Al igual que en otros países del mundo, esos atentados terroristas provocaron el hundimiento del tráfico, una coyuntura que se llevó por delante a la compañía local Ansett.
La actividad aérea se ha recuperado progresivamente desde el pasado otoño y ya casi ha igualado las cifras registradas por estas fechas en 2001.