Deutsche Bank no descarta un nuevo recorte de plantilla
Deutsche Bank ha anunciado que no excluye llevar a cabo nuevos recortes de personal, que se añadirían a la supresión de 9.200 puestos ya programados por la entidad. Josef Ackermann declaró hoy en su primera intervención pública como presidente de la entidad que no se pueden descartar una nueva reestructuración de la plantilla ¢dada la manera en cómo evolucionan los mercados financieros y la presión a la que está sometido Deutsche Bank para reducir sus costes de funcionamiento". Ackermann se ha fijado el objetivo de ahorrar dos billones de euros al final de 2003.
La mayor prioridad de Deutsche Bank es la mejora de su rentabilidad, con el objetivo de impulsar su cotización bursátil. Ackermann quiere situar al banco entre los diez primeros del mundo por capitalización bursátil, mientras que actualmente ocupa el puesto 19. La entidad podría vender los 15 millones de euros que posee en participaciones, entre ellas el 12,8% del fabricante de coches DaimlerChrysler.
Deutsche Bank tampoco descarta llevar a cabo compras de acciones, aseguró Ackermann aunque matizó que el ciclo de grandes proyectos de adquisición y expansión ha concluido, porque actualmente el banco no está en posición de realizar una compra de gran envergadura. "Hay que dejar de soñar con grandes proyectos y solucionar nuestros problemas internos¢, insistió. Las únicas operaciones posibles ahora mismo para Deutsche Bank se encuentran en el segmento de la banca privada para clientes de elevado poder adquisitivo.
Ackermann reconoció que no puede excluirse la posibilidad de que Deutsche Bank sea objeto del lanzamiento de una Oferta Pública de Adquisición (OPA), aunque lo considera poco probable. "Hay dos o tres grupos que serían financieramente capaces de comprarnos", reconoció sin citar nombres. Además, el banco seguirá adelante con su programa de venta de participaciones, a pesar de la mala situación de los mercados bursátiles. Según Ackermann, hay que aprovechar el contexto fiscal favorable en Alemania, que podría cambiar si los conservadores ganan las próximas elecciones.