El Deutsche eliminará 7.100 empleos este año, el 7% de la plantilla
El Deutsche Bank ha dejado de ser una excepción en la ola de despidos que afecta a la banca alemana. A la reducción de 2.600 empleos ya anunciada, una cifra muy inferior a la prevista por otras entidades, el Deutsche sumó ayer otros 4.500, con lo que el recorte total en el primer banco europeo llega a 7.100 empleados, el 7% de la plantilla.
La entidad señaló que, de los 4.500 empleos que piensa reducir, 3.300 corresponden a banca privada y gestión de activos "para evitar duplicidades", además de otros 1.200 puestos en Deutsche Bank Services.
Coincidiendo con el anuncio, el presidente de Deutsche Bank, Rolf E. Breuer, comunicó en una carta a sus accionistas que, debido a la inestable situación económica mundial, "es difícil saber cómo evolucionará la entidad en los próximos meses de este año". Sin embargo, añade que, teniendo en cuenta "la buena posición de salida", espera "hacer frente a la situación" el resto de 2001. También se muestra optimista sobre 2002, al señalar que espera informar sobre "un año económico difícil, pero exitoso".
La entidad alemana ha optado por los recortes de personal tras publicar los resultados del tercer trimestre de este año que, aunque se ajustaron a lo previsto por los analistas, fueron considerablemente inferiores a los del trimestre anterior. Los beneficios netos de Deutsche Bank cayeron entre julio y septiembre hasta los 303 millones de euros, un 49%.
El banco espera con esta reducción de plantilla solucionar el acuciante problema de costes que tiene el banco, según reconoció su presidente Breuer en la presentación de los resultados semestrales de la entidad.
En este sentido, Deutsche Bank parece que aún no ha conseguido los objetivos, con un aumento de los costes administrativos subieron entre enero y septiembre de un 5,5%, hasta los 16.035 millones de euros.
La reacción de los sindicatos al anuncio de Deutsche Bank no se ha hecho esperar. Gerald Herrmann, del poderoso sindicato alemán Verdi y miembro del consejo de vigilancia del banco, afirmó que, en opinión de los trabajadores, "los recortes de empleo no son aceptables". Para Herrmann, la situación de Deutsche Bank es mucho mejor que la de sus competidores, pese a las turbulencias en los mercados de capitales y la debilidad de la economía. "Es necesario revisar las cifras", afirmó el representante sindical en relación al número de despidos anunciados por el banco.
Los sindicatos consideran que los recortes afectarán principalmente a los trabajadores en las sucursales de la entidad en Alemania, donde esperan que desaparezcan unos 5.000 puestos de trabajo.
Los sindicatos no se equivocan al decir que la situación de Deutsche Bank es mejor que la de sus competidores. En el segundo trimestre del año, esta entidad fue la única entre los cuatro primeros bancos alemanes que pudo anotar un aumento de los beneficios. En el tercer trimestre, sus resultados se han ajustado a las previsiones o, incluso, han sorprendido positivamente, ya que el banco pudo elevar un 26% su beneficio de explotación.
La entidad cuenta, además, con más flexibilidad que sus competidores para reducir los costes, afirman los analistas, que han calificado, por lo general, de "acertada" la decisión del banco de ampliar los recortes.
29.000 personas menos entre los cuatro grandes
Hace meses que el sector bancario alemán desayuna, casi a diario, con anuncios de despidos. Hasta la fecha, las cuatro mayores entidades han anunciado el recorte de 29.100 empleos, más del 9% del conjunto de sus plantillas. A los 7.100 empleos del Deutsche se suman los 7.800 del Dresdner, los 5.100 del Commerz y los 9.100 del HypoVereins. "Llegó la ducha fría", afirmaba recientemente el presidente del Commerzbank, Klaus-Peter Müller. Las esperanzas de una mejora de la situación se esfumaron definitivamente tras los acontecimientos del pasado 11 de septiembre.
La reunificación alemana, que proporcionó muchos nuevos clientes, y el boom de la inversión en Bolsa dieron vida al sector. En los años noventa aumentó extraordinariamente la contratación y las plantillas. Pero la evolución del negocio fue inferior a las expectativas. A eso se unió la crisis bursátil y el 11-S. No obstante, la crisis no afecta por igual a todas las entidades. Bancos populares y cajas parecen, por ahora, inmunes a los despidos.