Los sindicatos europeos amenazan con una movilización en toda la UE
El presidente del Gobierno español, José María Aznar, declaró el pasado lunes en Alemania que 'corren nuevos vientos en Europa', en referencia al triunfo de partidos de centroderecha en varias convocatorias electorales de la UE. Emilio Gabaglio, máximo responsable de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), recogió ayer el guante diciendo que esos aires 'son viejos' y que si Aznar 'piensa que este cambio de rumbo supone dar el visto bueno a un giro neoliberal en la política europea, estaría totalmente equivocado'.
Gabaglio acudió ayer a Sevilla para mostrar la adhesión de los sindicatos europeos a una huelga general 'que trasciende el ámbito español'. Avisó que las centrales piensan 'valorar con mucho cuidado los resultados de la Cumbre de Sevilla' para comprobar si se produce 'un cambio de rumbo hacia una política antisocial'. En previsión de que se confirme esa línea, el comité ejecutivo del CES ya ha convocado una reunión para principio de otoño en la que valorará 'la necesidad de una jornada europea de lucha para responder' a este giro político.
'No estamos en contra de una estrategia de cambio y reforma -señaló- pero no a través de decretazos, sino del diálogo social y la negociación colectiva, que es uno de los signos de identidad de Europa que queremos mantener'.
La movilización paneuropea 'puede ser una campaña de presión e información, o una campaña más contundente, dependerá del análisis que hagamos a principios de octubre sobre cómo actúan los Gobiernos y el Consejo Europeo'. Y cada país 'hará lo posible dentro de sus limitaciones, porque en algunos países no es posible la huelga de solidaridad' (porque está prohibida).
El mandato de Lisboa
Según el dirigente sindical europeo, las reformas anunciadas recientemente por los Gobiernos de la UE 'se desmarcan de la estrategia marcada en (la Cumbre de) Lisboa'. Los Quince se comprometieron en aquella cita a alcanzar el pleno empleo en 2010 y, según Gabaglio, lo que se acordó fue 'modernizar y reformar, pero manteniendo los derechos sociales'.
Además de Gabaglio, estuvieron en Sevilla representantes sindicales de Italia (entre ellos Sergio Cofferatti, de la poderosa CGIL), Francia, Portugal y Bélgica; países que tienen en común Gobiernos de centroderecha con planes de reforma en materia de política laboral y de pensiones.
Algunos de esos Gobiernos ya han sido contestados con protestas masivas: en Italia hubo huelga general el 16 de abril contra la reforma laboral de Silvio Berlusconi y Cofferatti confirmó ayer que se prepara otra protesta masiva en dos regiones; en Grecia hubo paro general el miércoles contra la reforma del mecanismo de pensiones; en Francia y Alemania se están produciendo numerosos conflictos por la negociación de convenios; los controladores de vuelo de cinco países provocaron el miércoles el caos aéreo en Europa, y los funcionarios de varios países amenazan con un paro europeo en otoño.
La conflictividad laboral ha aumentado sensiblemente desde el Consejo Europeo de Barcelona, celebrado en marzo. Gabaglio alabó entonces a Aznar, porque 'dijo que no le parecía bien' el documento a favor de la liberalización del mercado laboral propuesto por el italiano Silvio Berlusconi y el británico Tony Blair. 'Pero al pasar el tiempo vemos que sí lo apoyaba y que en realidad se trata de un eje Blair-Berlusconi-Aznar', señaló ayer el sindicalista italiano.