_
_
_
_

Difícil encontrar presidente

Presidentes y consejeros en EE UU han iniciado un éxodo que se justifica por la crisis de los mercados y la falta de credibilidad. Lo peor, que las empresas no encuentran sustitutos

El consejero delegado del fondo de inversión Janus Capital presenta su renuncia. Fundada por él mismo en 1969, la entidad ha sufrido por encima de la media la caída de los mercados bursátiles. El mismo día Milan Panic, de 72 años, anuncia su retirada como presidente y consejero delegado de ICN Pharmaceuticals. Panic también fundó esta empresa en 1959, pero en los últimos años se le recuerda por los créditos personales concedidos por la compañía y las abultadas bonificaciones. Tras una agria junta de accionistas en mayo, se esperaba que el consejo forzara su dimisión.

Ese mismo miércoles, a las 6.30 de la mañana, el FBI se presentó en la casa que el empresario Samuel Waksal posee en el barrio neoyorquino de Soho. El que fuera hasta hace un mes consejero delegado de la compañía de biotecnología Imclone fue detenido y acusado de fraude, información privilegiada y perjurio. Por la tarde el empresario salió de la cárcel tras pagar una fianza de 10 millones de dólares.

Desde que estalló el escándalo Enron, con la repentina y sorprendente suspensión de pagos de la que fuera la séptima corporación por ingresos del país, las revelaciones sobre gestiones fraudulentas y las renuncias de sus máximos responsables han salpicado los titulares de la prensa. No todos los máximos ejecutivos se van de las empresas por cuestiones que hacen dudar de su integridad o sobreponderar su avaricia por encima de los intereses de la empresa, pero pocos revelan cuáles son las verdaderas razones de su partida.

En el caso de los directivos de Janus e ICN ni siquiera la edad es un factor que se aduzca. Según un informe de la consultora Challenger, Gray & Christmas, aunque las salidas de ejecutivos tras el caso Enron han caído un 7% con respecto al periodo anterior (442 frente a 476), se ha incrementado 'un significativo 21% el número de salidas por razones desconocidas'. Precisamente uno de los que anunció su marcha sin dar una explicación coherente fue el consejero delegado de Enron, Jeffrey Skillings, pocos meses antes de la debacle pública de la empresa.

Según John Challenger, presidente de la consultora Challenger, Gray & Christmas, 'es muy difícil decir por qué se va uno, y hay una mayor cautela a la hora de dejar la empresa para evitar que las acciones sufran más'. En la mayoría de los casos se utilizan eufemismos 'para no decir que han sido obligados a irse; y con la palabra dimisión se puede anunciar la salida de una forma digna, porque uno no deja así como así la empresa cuando está en el mejor momento de su carrera', comenta Challenger.

Algunas comunicaciones públicas señalan lacónicamente que 'el momento de dejar la compañía después de varios años ha llegado' cuando las renuncias vienen acompañadas o precedidas por investigaciones del FBI, la SEC (órgano regulador del mercado) o la fiscalía, lo que termina de explicar aquello que la comunicación no hace. Es el caso del ex presidente de Tyco, Dennis Kozlowski, quien dejó la empresa por 'razones personales', según el comunicado del 3 de junio. No se especificaba que estas razones tenían que ver con el fraude fiscal y los préstamos concedidos por su propia empresa.

Renuncias por la crisis

Para esta consultora, la caída de las renuncias en el periodo anterior a Enron con respecto al posterior no es contradictorio con la sensación generalizada del estado de sospecha generalizado. 'Hubo muchas renuncias por la crisis y la posterior desaparición de muchas empresas, pero tras el 11 de septiembre la confianza en los empresarios creció por el liderazgo mostrado en esos tiempos difíciles. Tras Enron, la credibilidad está sufriendo', se explica.

Y nadie duda de que se superen todos los récords de salidas de empresarios. De hecho, el informe se cerró hace 15 días, y en este tiempo la estadística se ha incrementado con los responsables de Janus y ICN; los primeros ejecutivos de las energéticas Dynegy y CMS, y con el presidente del conglomerado empresarial Tyco.

'No serán las últimas, y menos en el sector energético, por la investigación de la crisis de la energía de California y mientras siga la sospecha de que se manipularon los precios', comenta Challenger. La mayoría de los analistas creen que va a haber movimientos en muchas empresas de este sector, particularmente Williams y El Paso. Se verán más dimisiones y puede acabar toda una época en las empresas de EE UU, al salir de ellas quienes han estado a su frente más de 10 años y las han llevado a sus más altas, y también más bajas, cotizaciones.

¿Y de quién es la culpa? No faltan los comentarios de analistas que señalan que la avaricia está en el epicentro de este terremoto. Sin embargo, desde Challenger Gray & Christmas se señala que buena parte de la culpa recae sobre el mercado y la presión sobre los beneficios, que en muchos casos ha llevado a gestiones no sólo arriesgadas sino fuera de la ley. 'Los accionistas siempre han pedido más y más. Ahora tiene que producirse un cambio de mentalidad en las empresas, pero también en los inversores'.

Con la expectativa de que continúe el éxodo, el problema es la sustitución. Es un puesto difícil especialmente cuando hay posibilidades de que se encuentre algún esqueleto en el armario. Hasta ahora las opciones más barajadas son la sustitución con un antiguo directivo durante un periodo transitorio, como en el reciente caso John F. Fort, quien presidió Tyco antes de la llegada de Kozlowski. En otras ocasiones se ha contratado a expertos en crisis como en el caso de la propia Enron o Kmart, lo que no ha impedido que desde que la empresa se queda sin su máximo directivo tenga que dilatar la búsqueda de un sustituto. No es fácil. Lo decía el miércoles Geoff Bobroff, consultor especializado en fondos de inversión, quien aseguraba que será difícil suceder a Bailey al frente de Janus y que la empresa tendría que acudir al mercado para encontrar a una persona indicada. Muchas empresas están, por una u otra razón, en un periodo de transición que muchos analistas creen que puede ser largo.

Para Challenger lo primero que hay que buscar es 'a alguien limpio, con altos estándares éticos'. La reputación es el activo más buscado, pero hay que mantenerla. El actual presidente de Enron, Stephen Cooper, ya levantó ampollas por su decisión de elevarse su salario a través de los pluses. En este sentido, desde la consultora que ha elaborado el informe se apuesta por la imagen que muchas mujeres están dando dentro y fuera del mundo empresarial. Sherron Watkins, empleada de Enron que dio la alarma, o la propia Coleen Rowly, quien ha levantado la voz en el FBI para exigir más competencia, son el modelo a seguir.

Todos le rieron la gracia

 

El 14 de agosto de 2001, a los seis meses de llegar al puesto de consejero delegado de Enron, Jeffrey Skilling dimitió. El ejecutivo aducía 'razones personales' y, aunque la decisión extrañó, no levantó sospechas. Meses después, la salida de Skilling es más difícil de aceptar tal y como él la presentó. La empresa estaba entrampada en transacciones fuera de los libros de cuentas que los inversores no conocían.

 

 

 

Abandonó el barco y cuando en el Congreso se le preguntó si no veía venir la debacle y hasta qué punto participó en ella, dijo que no, que no entendía de qué se hablaba en el consejo. '¿Pero qué formación tiene usted?', le preguntó una congresista. 'Tengo un MBA por Harvard', dijo. Y todos rieron sus excusas.

Chuck Watson : Privilegiado por dejarlo todo

 

Chuck Watson se fue a principios de mes de la dirección de la compañía eléctrica que presidía, Dynegy, por hacerse público una conducta no delictiva de su empresa. Su filial de intermediación de energía compraba y vendía paquetes de energía a un mismo precio y con pocos minutos de diferencia entre la venta y la posterior compra. El objetivo no era elevar los resultados, sino dar la impresión de tener una cartera de negocio irreal.

 

 

 

 

 

 

 

No es ilegal, pero si mentira. Por eso, cuando su homólogo en CMS, acusada de transacciones similares, dejó el puesto, a Watson no le quedó más remedio que seguirle. La presión era muy fuerte y el ambiente en el mercado no tolera nada. Dynegy, que intentó comprar Enron antes de que suspendiera pagos, creció a la sombra de ésta, y está en uno de los sectores más vigilados. Además, la energética, como tantas otras, está bajo presión por la investigación sobre la crisis energética en California.

 

 

 

Así las cosas, la empresa determinó que era mejor para todos, incluidos los accionistas (que han perdido un 68% desde principios de año), que Watson dejara la empresa. En su puesto están, de forma transitoria, dos consejeros de la empresa.

 

 

 

Lo cierto es que el acuerdo de salida si que está siendo positivo para Watson, ya que por finalizar su contrato antes de lo previsto la empresa le ha pagado 34,98 millones más que si hubiera acabado su periodo de contrato (en ocho meses más).

 

 

 

Además, el miércoles se supo que Watson vendió acciones por valor de 36,04 millones de euros de Dynegy sólo dos semanas antes de su partida. Muchas de estas acciones formaban parte de su compensación. Watson puede haberse ido por razones demasiado estrictas, pero ahora nadie le echa de menos.

Dennis Kozlowski: Del pico bursátil a la fiscalía

 

A Dennis Kozlowski se le conocía por su agresivo estilo al frente de una compañía de la que tomó posesión hace 10 años, Tyco, y convirtió en un conglomerado industrial que fabrica desde productos de seguridad contra incendios hasta material desechable de hospitales. El apetito por las compras de empresas de Kozlowski posibilitó el crecimiento en el que se invirtieron unos 64.000 millones de euros.

 

 

 

 

 

 

 

Pero al ex presidente de Tyco también le gustaba comprar a título personal, y dada su posición al frente de una compañía que ha disfrutado de los favores del mercado, Kozlowski amasó una fortuna. Sólo en los últimos tres años ha ganado 318 millones de euros, que ha ido invirtiendo en motos Harley-Davidson, un yate, un avión y varias casas en las zonas más exclusivas de Nueva York, New Hampshire, Nantucket y Boca Ratón, además de en arte.

 

 

 

Kozlowski invirtió además 13,78 millones de euros en cuadros de Renoir y Monet, entre otros, en los últimos 10 meses, pero según la fiscalía de Nueva York, no abonó 1,06 millones de euros en impuestos derivados de las compras de las pinturas. Conforme avanzaba la investigación de la fiscalía se ha sabido que el empresario, de 55 años, aprovechaba su puesto para conseguir buenos créditos a través de su empresa. Las autoridades investigan muchas de las operaciones de Kozlowski y Tyco es la primera perjudicada.

 

 

 

Pese a todo, el presidente no renunció a su puesto hasta que el consejo le forzó la víspera de que un periódico publicara sus problemas con la fiscalía. Según algunas medios, incluso entonces, Kozlowski se resistió a abandonar el barco. Tras unos meses de gestión errática al frente de la empresa, Kozlowski representa la pesadilla de Wall Street y el tipo de presidente al que ya nadie quiere al frente de una empresa.

Millard S. Drexler: Gap pierde encanto y presidente

 

Millard S. Drexler es uno de los consejeros delegados más difíciles de sustituir al frente de una empresa. En los últimos 19 años ha estado al frente de la cadena de moda Gap (con tiendas del mismo nombre, además de Banana Republic y Old Navy) pero el pasado mes de mayo anunció que no seguiría al mando de la empresa más tiempo del necesario para encontrar un sustituto porque era 'el momento de mirar hacia adelante'.

 

 

 

 

 

 

 

¿La razón? Este ejecutivo, que creó todo un estilo en su cadena de tiendas (con 3.000 locales) y convirtió a Gap en un éxito de moda, ha visto como en los dos últimos años la empresa se ha sumido en una crisis a la que no se ve salida ni siquiera cuando se está produciendo la recuperación económica en EE UU. El creador del 'Gap look' (con los kakis, vaqueros y camisetas estilo Oxford) no ha sabido adaptarse rápidamente a los últimos cambios de la moda, y en este caprichoso mundo la empresa no hace más que perder clientes, ingresos y credibilidad entre los inversores.

 

 

 

Drexler ha nombrado a la mayoría de los ejecutivos de la empresa durante todo este tiempo, por lo que todos ellos son potenciales sustitutos. Sin embargo, el portavoz de la compañía señaló que la búsqueda se hará fuera de la empresa. Según los analistas, esta decisión tiene sentido. Si Drexler no puede arreglar la situación siendo el gurú del sector, los hombres que él ha elegido para su equipo tampoco podrán hacerlo porque pertenecen a un mismo estilo de gestión, que es lo que desde Gap se cree que ha llegado el momento de cambiar.

 

 

 

Los expertos en fichajes admiten que el listón está muy alto. Según señalaba a The Wall Street Journal Bob Kenzer, de la firma del mismo nombre especializada en cazatalentos, 'la búsqueda será tediosa, porque la empresa es enorme y domina un segmento de mercado muy importante'.

Archivado En

_
_