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Crisis

Bush descarta la conferencia de paz y desconfía de las reformas de Arafat

Bush descalificó las reformas emprendidas por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, y señaló que 'nadie tiene confianza en el nuevo Gobierno palestino'.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, celebró ayer en Washington su sexta reunión en un año con el presidente estadounidense, que aún no se ha visto con Arafat. Ambos dirigentes desprecian el papel del rais palestino en el posible proceso de paz en Oriente Próximo. Sharon ha intentado sin disimulo aislar y forzar el exilio del presidente de la ANP, mientras que Bush eludió ayer decir expresamente que no cuenta con Arafat, aunque recalcó que 'la cuestión no es la paz, sino el pueblo palestino'.

El presidente de la ANP ha dado los primeros pasos para transformar la obsoleta y corrupta estructura administrativa palestina reformando su Gabinete y reduciendo el número de ministros de 31 a 21. La UE ha celebrado los cambios. 'Una Autoridad Palestina transformada, más democrática y transparente, es de interés para todo el mundo, incluido Israel', declaró el comisario europeo de Asuntos Exteriores, Chris Patten. Sin embargo, el presidente George Bush ha recibido fríamente la decisión: 'Estoy disgustado con Arafat', y añadió que nadie puede confiar en el nuevo Gobierno palestino. 'Lo primero es preguntarse qué instituciones son necesarias para dar esperanza al pueblo palestino y dar la confianza a Israel de que en el nuevo Gobierno habrá alguien con quien negociar'.

Las operaciones del Ejército israelí en Ramala impidieron que el recién nacido Gobierno palestino pudiera celebrar su primer consejo.

Estado de sitio en Ramala

Al despuntar el alba, los tanques israelíes irrumpieron en Ramala, capital administrativa de Cisjordania, y con el apoyo de helicópteros Apache tomaron el control de la ciudad e impusieron el estado de sitio. Los tanques cercaron la Mukata, la sede del Gobierno palestino, para 'impedir que se refugiasen terroristas en las instalaciones', declararon fuentes militares israelíes.

En un principio, corrió el rumor de que las tropas hebreas habían destruido los pocos edificios que quedaban en pie en el complejo de la Mukata. Sin embargo, los tanques no irrumpieron dentro del complejo, aunque sí hubo intercambio de disparos que se saldaron con la muerte de un policía palestino.

El Gobierno israelí declaró que se trataba de una 'operación preventiva', en la que fueron detenidos unos 30 militantes de diversas organizaciones, como Yihad Islámica, Hamas y miembros vinculados a Al-Fatah, el partido que lidera Arafat. Dos de los detenidos fueron acusados de planear atentados suicidas contra Israel.

El ministro israelí de Defensa, Benjamin Ben Eliezer, reveló que entre los detenidos se encuentra el jefe de la Yihad Islámica en la ciudad. Eliezer también aseguró que las tropas hebreas 'no permanecerán en Ramala ni en ninguna otra ciudad palestina por un tiempo indefinido, así como tampoco conquistarán la Mukata', aunque reconoció que los soldados permanecerán allí al menos durante otro día más.

Las fuerzas israelíes también han irrumpido en las últimas 24 horas en distritos de Tulkarem, Kalkilia y Hebrón, donde arrestaron a otros nueve palestinos sospechosos de preparar atentados.

La Casa Blanca reaccionó con prudencia ante esta nueva incursión y el presidente Bush declaró que 'Israel tiene derecho a defenderse'. El portavoz presidencial, Ari Fleischer, se limitó a recordar a las autoridades hebreas que tuvieran en cuenta 'las consecuencias futuras' de sus operaciones. Al menos 1.387 palestinos y 508 israelíes han muerto en 20 meses de Intifada.

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