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Candido Méndez

"Si Aznar no rectifica, habrá conflicto toda la legislatura"

El líder de la Unión General de Trabajadores, Cándido Méndez (Badajoz, 1952), asegura que la huelga general del 20 de junio cambia las reglas del juego, salvo que el Gobierno rectifique y vuelva al modelo de diálogo real que mantuvo hasta 2000, cuando no tenía mayoría absoluta. 'Si no rectifica, un conflicto de un día puede convertirse en un conflicto para toda la legislatura'. Pide al Gobierno que cambie de política económica y presupuestaria y advierte que la moderación salarial tratará de preservarse, pero 'nada es igual tras un paro general'.

Pregunta. ¿Qué ocurrirá después de la huelga general? ¿Qué posibilidades hay de recuperar el diálogo, tan importante para el crecimiento en los últimos años?

Respuesta. Qué debería hacer el Gobierno: constatar el éxito de la huelga y tomar una determinación que supusiera en la práctica una revisión total del contenido de la reforma, aprovechando el trámite parlamentario. En este caso rectificar sería lo sabio. Si no se produce esa situación, creo francamente que lo que se producirá será un mayor deterioro del clima social. Lo que es un hecho contundente de un día, tengo la impresión de que se extenderá; si no hay un cambio, el conflicto durará toda la legislatura. Y si al Gobierno se le ocurre recuperar la idea aplazada de buscar un cambio unilateral en los convenios colectivos, entonces el problema sería aún mayor. Francamente pienso que la huelga de 24 horas no va a modificar sustancialmente el escenario económico. Lo que sí puede producirse es un agravamiento si se mantiene el clima de incertidumbre, de desconfianza y de confrontación. Ese es un tema que sí debería analizar el Gobierno.

P. ¿Es posible alcanzar un acuerdo con una modificación, vía parlamentaria, de la reforma?

R. No. Para eso el Gobierno debería alterar incluso el modelo de estabilidad presupuestaria que ha impuesto, que está basado en el superávit de las cotizaciones sociales. Si España va bien, por qué toma esta determinación, que supone una provocación. ¿No será que España no va tan bien como dice el Gobierno y se le está desencuadernando su modelo de estabilidad presupuestaria? No tiene si no explicación esta medida de expropiación del derecho a la prestación por desempleo, que suplanta un derecho por una concesión administrativa arbitraria; y eso trae como consecuencia que el Gobierno pretende disponer libremente no sólo del superávit presupuestario del Inem, sino también del conjunto de las cotizaciones de los trabajadores para su política económica.

Creo que esto pone también en entredicho la credibilidad de la política económica. Este empecinamiento del Gobierno pone fuera de juego la política económica.

No creo que tenga muchas opciones de negociación. Eso es lo que debería hacer el Gobierno. Ha quemado materialmente las naves. Ha ido a la confrontación abierta con las organizaciones sindicales. Y a partir de ahí, lógicamente la situación es muy difícil, sobre todo para el Gobierno. Nosotros aguantaremos todo lo que venga. Pero el deterioro de la situación no le viene bien a nadie; ni a nosotros creo que nos venga bien.

P. ¿Podemos dar por enterrada la moderación salarial y la paz social?

R. En 2002 la única aportación seria y eficaz que tiende a contrarrestar los efectos del cambio de ciclo económico, de la desaceleración económica y del deterioro de la coyuntura internacional es el pacto de moderación salarial. La política económica creo que no es sostenible en este ciclo, con el deterioro del crecimiento. En 2003 estaremos en torno al 2,3%, y así el modelo de estabilidad presupuestaria no se tiene en pie. No se nos pida que secundemos una política que no hemos secundado y que está basada en una productividad de la economía española muy mediocre.

Nosotros tenemos un acuerdo de negociación colectiva para 2002 que estamos practicando, pero qué duda cabe que el escenario social y laboral es distinto después de una huelga general. Y si a su vez después de una huelga general no produce una rectificación, pues la situación es más difícil todavía. Ya veremos cuando toque renovar este acuerdo cómo lo hacemos. Los salarios dependen de la autonomía de las partes (sindicatos y patronal) y no se debe mezclar con esto. Pero desde luego el clima no es el mismo tras una huelga general. Lo veremos en octubre.

P. Todo pasa entonces por un cambio en la política económica...

R. Yo no creo en la voluntad de diálogo del Gobierno. No creo en ella desde marzo de 2001 y eso se sabe. Aquí ha habido una frontera que separa el diálogo social del no diálogo social: la mayoría absoluta. Hay un cambio de talante total. Si el señor presidente del Gobierno quiere buscar un elemento que justifique lo que está ocurriendo, que se mire a sí mismo. Y él debe reconocer que su talante y su predisposición al diálogo y su modelo de diálogo con mayoría relativa no tiene nada que ver con el actual. Cuando se produce una mayor visibilidad de ese talante es con la reforma laboral del año pasado. En el ejercicio de la mayoría absoluta este Gobierno ha tomado un camino en el que para nosotros ya no tiene ninguna credibilidad.

P. ¿Cómo divisa los dos años de legislatura que aún quedan?

R. Desde el punto de vista del diálogo social no van a dejar ningún resultado positivo. Lo que pueden arrojar son elementos negativos, de tensión. Esto no es sólo un calentón. El calentón del presidente ha podido estar en esa determinación de aprobar el decreto, pero la alteración del modelo de diálogo social, la consideración del diálogo como un mecanismo de aval y legitimación de su política económica, eso no es un calentón. Eso es resultado de la mayoría absoluta. A las mesas a las que se nos convoque iremos, pero que nadie piense ya la escenificación del diálogo que plantea Aznar.

P. ¿Este conflicto demuestra que han ganado las tesis de UGT, más rupturistas, sobre las de Comisiones, más pactistas?

R. Lo único que se ha producido aquí es una coincidencia puntual. Pero en la convocatoria de la huelga se verá que los dos sindicatos coincidimos en el modelo productivo generado por este Gobierno. Y la posición en materia de desempleo es unitaria desde hace cuatro años, y cada año lo hemos advertido, y hemos presentado alternativas. Pero la coincidencia se hace más patente porque en la reforma el Gobierno cuela la eliminación de los salarios de tramitación, que es una demanda histórica de la CEOE. Hay coincidencia absoluta.

P. ¿Contemplan ustedes un fracaso de la huelga?

R. No. Pero nadie debe tratar de comparar esta huelga con la de 1988. Las circunstancias son diferentes: ahora hay muchas más televisiones; tuvimos entonces más acompañantes que no pedimos, como el propio señor Aznar, etc. Pero ya hay cinco millones de trabajadores que han decidido participar en la huelga, según los sondeos. ¡Y eso que no hay clima!, según dicen. Pero con el decreto-ley ya no le queda a nadie duda alguna de que la reforma se aplica, porque está en vigor. Va a ser un paro laboral muy notable. Está asegurado. Y los sindicatos podremos el día 21 esgrimir con el aval democrático que nos da la huelga nuestras demandas al Gobierno.

P. ¿Qué indicios tienen de que habrá reforma de la negociación colectiva?

R. El Gobierno lo tiene en el cajón, pero lo sacará. Limpiará el panorama, con grandes convenios y pocos contenidos, para dejar espacio a la negociación individual y empresarial.

'El PSOE ha hecho lo que debe hacer un partido en un paro gerenal'

 

'A mí me parece muy lógico el comportamiento del PSOE acerca de la huelga', asegura el secretario general de la UGT, Cándido Méndez. 'Si no comparte el paquete de medidas, está en el deber político de explicarlo. Y debe hacerlo una vez que está en vigor, para denunciar la usurpación de las funciones de las instituciones democráticas, que es lo que ha ocurrido en este caso obviando al Parlamento. La última vez que se utilizó para una materia como ésta el decreto fue en la reforma de 1992 por el Gobierno del PSOE. Pero en aquel caso podía invocar la urgencia por el deterioro de la caja del desempleo en una crisis económica. Si en 1992 había existido un déficit de más de 5.000 millones de euros, en 1993, con recorte incluido, el déficit del Inem se disparó hasta los 9.000 millones de euros, máximo histórico'.

 

 

 

 

 

 

 

'No es función de los partidos convocar una huelga ni aprovecharse de ello; quien únicamente la aprovecha desde el punto de visto político es Aznar, porque la utiliza para desprestigiar al principal partido de la oposición, acusándole de ser la mano invisible'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Modelo sindical

 

 

 

'Nosotros tenemos un modelo de concebir la vida diferente al Gobierno, con una integración en Europa diferente: un empleo seguro, bien cualificado, bien remunerado, que sea fuente del resto de derechos sociales, etc., y dentro de un modelo productivo para las empresas que hay que revisar, y aprovechar la ventaja que tenemos en coste laboral, que no será definitiva'.

 

 

 

 

 

 

 

Respecto a la oferta fiscal del PSOE, asegura que 'da buena impresión, porque no se limita al IRPF, sino a todos los impuestos. Y habrá que ver si tiene equidad, progresividad y suficiencia. La progresividad no hay manera de mejorarla reduciendo el número de tramos. La suficiencia y la equidad estarán en función de los ingresos que aporten el resto de impuestos, y en el IRPF, de cómo se trate trabajo y capital. Lo que me molesta es que se haya convertido la rebaja fiscal en un objetivo electoral'.

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