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Acuerdo

Bancos y cajas ultiman fórmulas para competir en un mercado de fondos abierto

El big bang de la industria de los fondos de inversión, que en España acumula un patrimonio de 178.000 millones, comenzará cuando aparezca en el Boletín Oficial del Estado el cambio de tributación fiscal de estos productos. La rúbrica es inminente y el sector se ha movilizado para intentar retener a los clientes actuales y sumar nuevos suscriptores.

Todos los analistas y gestores consultados coinciden en que los costes que cargan al suscriptor y el servicio que se les ofrece serán las piedras angulares de la gran guerra que se iniciará cuando sea oficial el cambio de fiscalidad. Los expertos apuestan, así, por cambios drásticos en las comisiones de gestión por parte de los grandes bancos. Se barajan recortes en las comisiones, pero también la aparición de nuevos formatos de cobro por la gestión, de modo que los bancos hagan trajes a medida en función de las necesidades del cliente.

'La primera lectura nos dice que lo lógico sería una reducción de las comisiones', señala Alfonso Gil, director de desarrollo de negocio de Morgan Stanley. Matiza, no obstante, que la rebaja afectará sobre todo a los fondos antiguos, con comisiones más altas y grandes plusvalías, que tienen clientes cautivos. 'Los más importante es que el asesoramiento y la planificación financiera tendrán cada vez más valor', añade.

'La red bancaria y la de las cajas son las mejor preparadas para afrontar un recorte en los gastos de gestión, es decir, menores ingresos, porque cuentan con respaldo financiero detrás. Muchas gestoras, en cambio, deberán cambiar de estrategia para competir en un mercado que se pondrá muy difícil. En cualquier caso, el más beneficiado será el ahorrador', dice un gestor de BBVA.

Los grandes grupos ya han sacado al mercado productos a plazo para evitar la fuga de clientes. Al depósito Supersatisfacción del Santander, que captó 4.000 millones, le sigue el BBVA Dinámico. Se han lanzado a pocos meses de la reforma fiscal que hará posible el cambio de un fondo a otro, y permiten a ambos grupos bancarios retener a los inversores que hayan comprado estos productos durante el vencimiento del depósito.

Es, no obstante, una situación coyuntural. 'Es algo temporal. Cuando haya libertad en los fondos y el sector se estabilice, lo que contará será el asesoramiento', dice Ramón Pereira, director general de Franklin Templeton en España. Asegura, además, que el cambio de fondo traerá novedades en el cobro de comisiones. 'Pueden penalizarse los reembolsos de fondos realizados muy pronto, porque es muy difícil gestionar con el dinero moviéndose constantemente. En todo caso, las comisiones suelen depender más del que comercializa que del gestor'.

Marcelo Casadejús, director de marketing de Ahorro Corporación, considera, no obstante, que las comisiones se encarecerán: 'Habrá guerra por la captación de clientes, pero a nivel publicitario. Este coste de captar ahorradores se trasladará'.

En SCH Gestión de Activos tampoco esperan una guerra de comisiones. 'Posiblemente alguna pequeña gestora o distribuidora aproveche para competir en precio, pero lo que de verdad va a cambiar el panorama es que habrá mucha más disciplina en la gestión y mucho más asesoramiento y más gama de productos. Los mejores se verán beneficiados', señalan.

Una revolución similar a la que se hizo en Bolsa

 

 

Los cambios que se avecinan en el mercado de fondos de inversión, hasta constituir a medio plazo una auténtica revolución, cuentan con antecedentes en las finanzas españolas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El giro radical que se ha experimentado en la compra y venta de acciones negociadas, es decir, en el negocio de la intermediación bursátil es referencia obligada, porque, entre otras cosas, los protagonistas son los mismos y el modelo de captación de negocio muy similar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hasta la entrada en vigor de la Ley del Mercado de Valores en julio de 1989, todos los agentes de Cambio y Bolsa, los únicos que podrían dar fe de las operaciones, gravaban las operaciones con tasas fijas, del 2,5 por mil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La desaparición de la figura del agente de Bolsa y la aparición de las sociedades y agencias de valores supusieron una caída brutal de las comisiones, que ya son libres. Con este concepto, muchas firmas desaparecieron y todas se vieron obligadas a reconvertirse ante los nuevos tiempos.

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