Uribe quiere renegociar la deuda con los organismos multilaterales
Uribe, que fue elegido el domingo con el apoyo del 53% de los electores, declaró ayer a la agencia Reuters su intención de renegociar la deuda del país. Los analistas alertan de que el principal problema que afronta Colombia en el plano económico es el fuerte deterioro de la deuda pública que se ha multiplicado para pasar del 30% en 1998 al 50% en la actualidad. El total de la deuda externa asciende a 23.000 millones de dólares (25.500 millones de euros).
Abogado de 49 años, casado y con dos hijos, Uribe apenas alcanzaba hace un año el 5% en intención de voto. La ruptura de las conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) le catapultó gracias a su discurso de mano dura contra las guerrillas y contra el narcotráfico, sintonizando con el hartazgo de buena parte de la población. La política de Uribe está marcada además por la muerte de su padre en 1983 a manos de las FARC, cuando se resistió a ser secuestrado.
La solución militar de Uribe ha puesto en alerta a los analistas. Un informe de Caja Madrid expresa escepticismo ante la posibilidad de que una 'solución eminentemente militar pueda tener éxito a medio plazo'. El nuevo presidente ha prometido además incrementar en 1.000 millones de dólares (1.100 millones de euros) el presupuesto destinado a defensa.
Las Fuerzas Armadas tienen 50.000 efectivos, insuficientes para combatir a las tres guerrillas del país: las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Uribe quiere duplicar el número de soldados, pero, como señala JP Morgan, 'el mercado también quiere saber si hay un plan para reducir el déficit fiscal'.
Las cuentas públicas
En su última visita a España, el presidente saliente, Andrés Pastrana, destacó que 'la firmeza de la política económica ha permitido que el déficit fiscal pase del 5,4% del PIB en 1999 al 3,3% en 2001'. Sin embargo, las cifras del balance fiscal no cumplieron el objetivo pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), del 2,9%, y todo indica que este año se volverá a superar la meta prevista del 2,3%.
La rigidez presupuestaria impide grandes avances. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que 'el 75% del gasto está asignado a transferencias territoriales y al seguro social', lo que, junto a los gastos en defensa, deja al Gobierno sin margen de maniobra. Los expertos reclaman una reforma fiscal profunda que combata el fraude y amplíe la base impositiva. El BID y la ONU señalan que la recuperación económica no ha podido afianzarse. La contracción del 4,4% de 1999 fue la peor en 60 años, en 2000 registró un crecimiento del 2,8%, pero en 2001 la expansión cayó al 1,6% y este año se presenta similar en cifras de crecimiento.
Pastrana asegura que 'la violencia resta de tres a cinco puntos porcentuales al PIB'. Uribe es consciente de la necesidad de acabar cuanto antes el conflicto y por eso combina su discurso de mano dura con la mano tendida para el diálogo. En su primera alocución pública pidió a los guerrilleros que abandonasen las armas y reclamó a la ONU, EE UU, la UE y a los países vecinos que medien para solucionar el conflicto, una llamada que ha sido inmediatamente celebrada por las autoridades comunitarias.
Colombia quiere generar un marco jurídico y político sólido para atraer inversores. La relevancia del sector privado es la segunda más baja entre los 20 países más importantes de la región. Además, la exportación, gran fuente de recursos, no deja de perder valor. Los problemas de Uribe para modernizar la economía se multiplican.