El primer técnico que preside la CECA
Juan Ramón Quintás Seoane entrará en la historia de la CECA como el primer presidente de la confederación que no ha pasado por la presidencia de una caja de ahorros, aunque su bagaje en el sector es de los más dilatados. Nació en A Coruña en 1943, está casado y tiene dos hijos. Su ascenso en la CECA coincide con el nacimiento de su primera nieta, Sofía. Es doctor en Ciencias Económicas (premio extraordinario) y desde 1971 es catedrático de Teoría Económica. Fue diputado de UCD, escaño que abandonó al comprobar que la vida política no era lo suyo.
En 1984 inicia su actividad profesional en el sector de las cajas como director general adjunto de Caixa Galicia. En 1994 entra en la CECA como director general, puesto que compaginará con el de presidente. Es aficionado a la mitología, los jeroglíficos, el cine, la restauración de antigüedades y los libros de estrategia. Su mayor ambición profesional son los retos, aunque él siempre dice que su mayor virtud o defecto es 'buscar el perfeccionismo'.
Es un gran conversador y sabe navegar en todas las aguas. No cree en la psicología y menos desde que algún psicólogo le dijo que tenía el perfil de Picasso, pero si cree en las relaciones humanas, faceta que le ha servido de ayuda en varias ocasiones. Desde que entró en la CECA ha conocido a dos presidentes con carácteres muy diferentes: Braulio Medel, presidente de Unicaja, y Manuel Pizarro, presidente de Ibercaja.
Su perfil de técnico fue destacado ayer por Josep Vilarasau, presidente de La Caixa y vicepresidente primero de la CECA, que fue quien finalmente propuso ayer a Quintás como presidente de la confederación, ante la dimisión en este cargo de Manuel Pizarro.
Vilarasau, que actuó por unos minutos como presidente en funciones de la CECA, señaló que, tras meditar mucho esta decisión, había considerado que la elección de Quintás era muy acertada, puesto que era una 'gran ocasión para situar al frente de la CECA a una persona no comprometida con una caja', lo que garantizaba una mayor autonomía a la hora de resolver posibles conflictos en el sector.
Vilarasau también recordó en su intervención que 'no siempre había coincidido' con las decisiones u opiniones de Quintás como director general de la CECA. Pero a pesar de ello creía que era la persona idónea para presidir la confederación.
Pero antes de estas palabras, el vicepresidente de la CECA preguntó a los 30 asistentes al consejo si existían más candidaturas para este cargo o si había alguien que quería decir algo antes de que se oficializara el nombramiento de Quintás. Nadie contestó, a excepción de José Ignacio Berroeta, presidente de la BBK, quien tras reconocer que en 1994 tuvo sus dudas sobre el nombramiento de Quintás como director general, esas dudas han sido despejadas y consideraba que ha sido un buen director general y será un buen presidente.
De esta forma, y en un 'clima extraordinario' como aseguran los consejeros de la CECA, Quintás fue nombrado presidente por unanimidad por cuatro años, convirtiéndose en el primer técnico que ocupa este cargo. En marzo fue nombrado consejero de la confederación.