La Justicia investiga si Enron defraudó a California durante la crisis
Cuando Enron suspendió pagos en diciembre de 2001 se conoció parte de la nomenclatura oculta de la empresa. Chewco, LMJ2, Jedi, entre otras denominaciones bajo las que se estructuraba la fallida ingeniería financiera mantenida fuera de sus libros y que acabaron con el colapso de la compañía. Desde hace unos días se conoce otra parte: Get Shorty, Fat Boy y Death Star, entre otros.
Son estrategias de negocio utilizadas por la empresa en la crisis de la energía de California ocurrida a finales de 2000 y principios de 2001, cuando en este desregulado mercado los precios de la electricidad se llegaron a multiplicar por 10.
Los documentos que prueban la existencia de estas estrategias fueron aportados por los abogados de la compañía al Congreso y muestran cómo Enron manipuló el mercado con ellas al explotar las debilidades y las lagunas del sistema, lo que empeoró la crisis. De hecho, Death Star consistía en crear la apariencia de congestión de la red eléctrica para conseguir que el Gobierno del Estado pagara a la empresa por normalizarlo. Enron también compraba electricidad en California a precio regulado, cuando se optó por esta salida durante la crisis, y la vendía en otros Estados vecinos al precio del mercado que presuntamente la compañía estaba manipulando.
Los beneficios que Enron consiguió fueron a costa de los contribuyentes californianos y la viabilidad de dos compañías eléctricas del Estado, PG&E y Edison, que tuvieron que declararse insolventes. æpermil;sta es al menos la conclusión del gobernador del Estado, Gray Davis. El pasado viernes, cuando se conoció el mayor alcance de la investigación del Departamento de Justicia, Davis mostró su satisfacción al declarar que ha quedado 'bastante claro que Enron defraudó a los ciudadanos de California millones de dólares. Si se ha ido contra las reglas del juego, alguien tendrá que ir a prisión'.
El fiscal general del Estado de California, Bill Locyer, cuya investigación ha conseguido desvelar estos documentos, ha pedido al Gobierno federal que reconsideren la petición de devolver a California 1.500 millones de dólares abonados a los vendedores de energía.
Delitos
Compensaciones aparte, la posibilidad de que estas transacciones fantasmas como Death Star sean consideradas como delito son altas. Los abogados externos de Enron, capitaneados por el letrado Stephen Hall, quien compareció el pasado miércoles ante una comisión de investigación del Senado, advirtieron en octubre de 2000 a los ejecutivos de la compañía de que las tácticas empleadas por Enron podrían ser 'potencialmente criminales'. A pesar de ello, la empresa siguió ampliándolas hasta el 10 de diciembre.
Aunque no se ha señalado a Enron como la única responsable de caos eléctrico californiano, este último periodo del año coincide con la mayor subida de precios de la electricidad. A finales de año se llega al mayor pico de costes (cerca de los 300 dólares por megavatio por hora) para caer radicalmente hasta por debajo de los 50 dólares a finales del año siguiente.
En estos últimos meses de 2000 no sólo los abogados de Enron se habían dado cuenta de lo que estaba pasando. La Comisión Federal Reguladora de la Energía (FERC, en sus siglas en inglés, la máxima autoridad del sector en EE UU), según palabras de su presidente, Patrick Wood, conocía los defectos de la desregulación de California y que éstos estaban siendo manipulados.
Wood, que llegó a esta agencia el pasado año, ha declarado sentirse 'enfadado' por la forma en la que se afrontó el problema por parte de su departamento. Ahora quiere cambiar esto y ha dado hasta el miércoles a las 150 compañías que operaban en California para que entreguen la documentación relativa a sus operaciones en este Estado en 2000 y 2001. De los documentos examinados se deduce que las prácticas abordadas por Enron eran habituales en el sector. 'Probablemente además de Enron otras empresas trataron de manipular el mercado', asegura Lockyer.
Dynegy, Coral Energy, filial de Royal Dutch/Shell, son algunas de las empresas que ahora deben aclarar las dudas sobre su papel en la crisis. En el estado de sospecha generalizado en el que vive la comunidad empresarial estadounidense, las declaraciones del viernes del presidente de Dynegy ante sus accionistas negando las acusaciones son insuficientes.
Dimisiones en CMS y Reliant Energy
Chuck Watson, presidente de la eléctrica Dynegy, se vio las caras ayer con sus accionistas. Una negativa y una disculpa. Dynegy no manipuló el mercado como lo hizo Enron. ¿La disculpa? Dynegy realizó operaciones fantasma de venta de energía a un intermediario para comprarla casi segundos después por la misma cantidad de dinero, y Watson asegura estar enfadado por esto.
El hecho es que las empresas eléctricas no están dando muchos motivos para levantar el estado de desconfianza del que son protagonistas. Dynegy y Reliant, que se sepa de momento, vendieron y compraron paquetes de electricidad a CMS, otro intermediario con el único propósito de dar a conocer un volumen de transacciones que eran irreales. Esas transacciones no son ilegales porque además no había impacto en los ingresos y los beneficios pero queda por ver que las autoridades bursátiles no consideren que se estaba engañando a los inversores por dar una impresión errónea de la empresa.
De momento, la cotización de Dynegy ha pinchado y desde abril ha perdido un 70% de su valor. En Reliant y CMS (cuyos resultados sí reflejaba los ingresos de estas transacciones) ya han dimitido/retirado a los responsables de estas transacciones. El presidente de CMS, William McCormick, aseguraba el viernes que estas transacciones 'no eran consistentes con la estrategia de la empresa', no obstante la mayor parte de su volumen de negocios en 2000 (casi un 70%) fue resultado de estas operaciones.