La gran empresa se resiste a la nueva política de precios de Microsoft
Cerca de dos tercios de los grandes clientes de Microsoft no ha firmado todavía el contrato renovación de licencias de los programas de esta firma, cuyo plazo termina el 31 de julio, según una encuesta de Gartner y Giga Information. Muchas de estas empresas ya se quejaron hace meses por considerar que el nuevo modelo subía los precios hasta un 100%.
El cambio en el modelo de renovación de licencias de Microsoft no está teniendo los resultados que esta compañía esperaba. Según una encuesta realizada por las consultoras Gartner Group y Giga Information, recogida por News.com, un tercio de los grandes clientes de Microsoft afirmó que no tenían intención de firmar el nuevo contrato de suscripción y otro tercio dijo que estaba indeciso.
El plazo del nuevo contrato de licencias se cierra el 31 de julio, por tanto estos clientes indecisos todavía podrán optar por adherirse al programa, pero, aun así, las consultoras dicen que el plan de Microsoft no ha logrado el apoyo abrumador que la firma de Redmon había previsto.
La nueva estrategia de licencias de Microsoft para su último sistema operativo Windows XP fue recibido de uñas por muchos de sus grandes clientes, que se quejaron de que suponía una subida de los precios hasta de un 100%.
En el Reino Unido la organización The Infraestructure Forum (TIF), que agrupa a 98 de las mayores compañías del país, entre ellas GlaxoSmithkline, BP, Shell y Marks & Spencer, pidieron que se investigara la política de precios de Microsoft y calcularon que la estrategia suponía un gasto extra de 890 millones de libras, 1.444 millones de euros, a los miembros de TIF en un típico plazo de inversión de cuatro años.
El plan de Microsoft supone un cambio radical en la forma en que las empresas compran software: en vez de permitir que actualicen sus programas cuando quieran o sus presupuestos se lo permitan, las compañías deben comprometerse a comprar sistemas operativos y actualizaciones de aplicaciones por adelantado a través de una cuota anual.
Con el Software Assurance (nombre que recibe el plan), Microsoft pretende hacer sus ventas más predecibles haciendo firmar un contrato de suscripción a sus grandes clientes.
Glaxo se pasa a Lotus
El encarecimiento del plan de licencias de Microsoft, en más del doble en muchos casos, ha llevado a firmas como el gigante farmacéutico británico GlaxoSmithkline a abandonar la aplicación Office de Microsoft y pasarse a Lotus Notes, señaló un portavoz de TIF a este diario. Otras compañías están estudiando alternativas como Star office de Sun y Linux, según afirman varios analistas.
Sun además está intentando reavivar el interés del mercado con el lanzamiento el próximo 22 de mayo de una nueva versión de Star Office 'a precios muy competitivos', señaló Ed Zader, ex consejero delegado de la firma.
Pese a todo, Microsoft ha anunciado que las ventas de licencias han subido 1.000 millones de dólares (1.100 millones de euros) desde que el plan fue lanzado.
Antes de introducir los cambios en su programa de licencias Microsoft estaba sujeta al indeciso comportamiento de compra de sus clientes y la presión de lanzar nuevos productos para impulsar las ventas. Pero el riesgo que está corriendo para lograrlo puede salirle caro.