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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Regreso al crecimiento

Los beneficios de las empresas españolas cotizadas en el mercado continuo aumentaron algo más de un 8% en el primer trimestre de este año con respecto a igual periodo del ejercicio anterior. Para empezar, es una buena noticia, pues los resultados empresariales retoman la senda de crecimiento interrumpida como consecuencia de la crisis argentina. En 2001, pese a que el ejercicio había arrancado con fuerza, los beneficios acabaron recortándose un 3%, poniendo fin a un ciclo de siete años consecutivos de fuerte crecimiento.

El arranque del año ha venido marcado por el pulso entre dos fuerzas opuestas. De un lado, las secuelas de la crisis argentina, cuya factura, como ahora se demuestra, no quedó pagada del todo con los fuertes ajustes de 2001. Valga decir que tras los 10.500 millones de euros recogidos en los cierres contables de 2001 entre resultados y fondos propios, el primer trimestre ha dejado un impacto de otros 1.000 millones en beneficios y de casi 3.000 millones más sobre los fondos propios. De hecho, con un ejercicio de contabilidad-ficción a partir de lo publicado por las empresas, cabe calcular que el crecimiento de los beneficios habría sido del 32% en el primer trimestre si se elimina la negativa contribución argentina. Si, pese a hacer frente a esa factura, los beneficios agregados mejoran de forma apreciable es gracias a que numerosas empresas han recurrido, haciendo de la necesidad virtud, a la venta de activos, con los que han generado fuertes plusvalías extraordinarias.

Desde el punto de vista del inversor, cabe decir que el grueso del ajuste por la devaluación del peso ha quedado atrás. En términos operativos, puede quedar algo de impacto por absorber, sobre todo en los casos de Telefónica y Repsol YPF, pero las cosas no pueden empeorar mucho. La Bolsa mira al futuro, y aunque parezca una verdad de Perogrullo, unos resultados flojos son a menudo la mejor base para un fuerte crecimiento.

Los resultados reflejan, por otro lado, la dualidad que se ha adueñado del mercado español de renta variable, en el que los índices bajan arrastrados por los grandes valores a la vez que la mayoría de las empresas se revaloriza con fuerza. Así, mientras los beneficios de las empresas del Ibex 35 crecen un 6,5%, los de las restantes sociedades del mercado continuo lo hacen más del 15%. Paradójico es asimismo que la cifra de negocio caiga con fuerza en la mayoría de las firmas del Nuevo Mercado, que son, teóricamente, las empresas de sectores de crecimiento por excelencia.

Mención aparte merece la media docena de empresas, casi todas ellas marginales, que una vez más no ha presentado sus resultados dentro del plazo. Ese incumplimiento reiterado -y aparentemente impune- de las normas es el caldo de cultivo de episodios de información privilegiada, manipulación de precios y fraude. La CNMV debería ser consciente de ello y emprender algún tipo de reproche público, pecuniario o moral contra quienes no cumplen, que suelen, por otro lado, ser casi siempre los mismos.

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