Telefónica sucumbe a la crisis argentina y su beneficio neto cae un 72%
Entre las grandes filiales de la operadora sólo Móviles aporta crecimiento, hasta el punto de que Telefónica ha tenido que recurrir al crédito fiscal para tornar en beneficios lo que eran pérdidas antes de impuestos.
La diversificación geográfica y de negocio de Telefónica ha sido tradicionalmente la tabla de salvación de la operadora, que ha podido compensar así los diferentes ciclos económicos y de actividad. Pero esta vez la red se ha roto. De las tres patas fundamentales de Telefónica (telefonía fija en España, Latinoamérica y móviles), las dos primeras han sucumbido a sus respectivas crisis y se han llevado los beneficios con ellas.
El resultado es una caída del 71,95% en el beneficio neto consolidado. La ganancia trimestral se queda en 121,1 millones de euros, un nivel desconocido desde 1994 y que es inferior al logrado por Telefónica Móviles.
La buena noticia es que estos resultados ya estaban descontados por el mercado, de ahí la subida en Bolsa de ayer del 1,39%. Sin embargo, desde que Merrill Lynch publicó su estimación de caída de beneficio, el 29 de abril, las acciones han bajado un 4,6%.
Responsabilidad argentina. La principal causante del deterioro de los resultados de Telefónica es la crisis argentina. Según la operadora, la evolución de los negocios en este país y la depreciación del peso han restado 570,2 millones a los ingresos y 220,5 millones al Ebitda (margen bruto de explotación). La caída adicional de la divisa desde el cierre de 2001 ha obligado a revisar el impacto en las cuentas de Telefónica, con un efecto negativo de 254,4 millones sobre la tabla de resultados y de 838,6 millones sobre el balance.
Argentina ha mostrado su peor cara para Telefónica por el impacto que ha tenido sobre toda la cuenta de la filial latinoamericana. Unida a la evolución de las dividas brasileña y chilena, la crisis del país austral ha provocado una caída del 16,9% en los ingresos de la que hace un año era la participada de Telefónica que más aportaba en este campo. Peor ha sido el efecto en la parte baja de la tabla. Los beneficios de 174,5 millones registrados en el primer trimestre de 2001 por Telefónica Latinoamérica se han convertido ahora en pérdidas de 72,6 millones.
La telefonía fija se resiente. Argentina y Latinoamérica, con todo, no serían problemas de este calibre por sí mismos si la telefonía fija en España hubiera aguantado el tipo. Pero no lo ha hecho.
El volumen de tráfico ha crecido un 3,4%, pero la rebaja de precios ha provocado un descenso del 13,8% en los ingresos por consumo. La operadora ha dejado de facturar 205 millones por este concepto, que la subida parcial de la cuota de abono, que aporta 124,5 millones de ingresos, no ha podido compensar del todo. Para que lo haga, habrá que esperar a que el alza se complete, en 2003.
La estrategia de mantener elevadas cuotas de mercado gracias a agresivas rebajas de precio (impuestas, en muchos casos, por el Gobierno) está pasando factura a la compañía, como lo demuestra la caída del 39,2% en el beneficio neto. Este descenso supone 150,1 millones de euros menos para las cuentas de Telefónica, 16 millones de euros más de los que, por ejemplo, resta Admira.
Filiales sin crecimiento. En estos momentos, la mitad de las principales filiales de Telefónica restan crecimiento a las cifras consolidadas de ingresos. Y entre las grandes, las que facturan más de 2.000 millones de euros, sólo Móviles incrementa su cifra de negocio. Telefónica de España, Latinoamérica, Terra Lycos y Admira han reducido sus ingresos en el primer trimestre y los de Atento son prácticamente planos.
Peor escenario presenta la parte baja de la tabla de resultados. De las ocho filiales de las que Telefónica da datos, cinco están en pérdidas.
Las que más pierden. La diferencia es sólo de cuatro millones de euros, pero Admira ha vuelto a superar a Terra Lycos en pérdidas. Otra vez Argentina juega un papel destacado, por la provisión que se ha hecho sobre Azul Televisión, aunque también contribuye Antena 3, que vuelve a los números rojos.
Capear el temporal. 'Desde luego, los resultados no son buenos', explicaba ayer un analista, 'pero no han sido tan malos como se podía prever'. 'Allí afuera está diluviando y es imposible no mojarse', añadía otro experto bursátil. El mercado tiene claro que la cuenta de pérdidas y ganancias de Telefónica deja mucho que desear, aunque reconocen que, en este caso, lo único que se podía hacer era gestionar problemas.
Con el panorama que aportan sus filiales, Telefónica empieza la primera partida de la tabla de resultados (los ingresos) con caídas. Puesto que la evolución operativa está en entredicho, la compañía ha apurado al máximo todas las posibilidades de frenar el descalabro, con especial hincapié en los gastos y en la amortización del fondo de comercio. El éxito, sin embargo, ha sido relativo. Los gastos se reducen, pero menos de lo que caen los ingresos, y el Ebitda desciende el 2,7%. Mayor ha sido el esfuerzo en la cancelación de fondo de comercio, propiciado por los cambios de contabilidad en Terra Lycos, pero el fulgurante crecimiento de los resultados financieros (se disparan un 75,6% por Argentina) y de las pérdidas extraordinarias dejan en nada el intento.
Pérdidas brutas. Telefónica llega así con números rojos al resultado antes de impuestos, pero en este punto empiezan las buenas noticias para la operadora. No todo lo que procede de Argentina ha sido negativo y desde allí se importa buena parte del crédito fiscal de 132,6 millones en concepto de deducciones a la actividad exportadora y a las pérdidas por diferencias de cambio. Sumada a otras bonificaciones que Telefónica no determina, la operadora obtiene un ingreso de 179,1 millones en el primer trimestre por impuesto de sociedades.
Esta aportación consigue cambiar el signo de los resultados de Telefónica. Las pérdidas que se devuelven a los socios minoritarios hacen el resto y dejan el beneficio neto de la operadora en 121,1 millones de euros.