La factura de Argentina
El primer trimestre del año ha estado marcado en las principales empresas españolas por los efectos de la crisis argentina. æpermil;sta ha hecho entrar al Grupo Telefónica en pérdidas antes de impuestos, que sólo desaparecen de la última línea de la cuenta de resultados gracias a la activación de créditos fiscales; ha puesto a Repsol contra las cuerdas y en la tesitura de acelerar la venta de activos para sanear su balance; ha cortado en seco la trayectoria de fuerte crecimiento de los beneficios de los dos grandes bancos (BBVA y SCH) y ha ido dejando secuelas por un buen número de empresas cotizadas de menor tamaño. A las heridas de la crisis en los resultados se une además el impacto directo sobre los fondos propios.
Entrando más en detalle, el grupo que preside César Alierta, por ejemplo, anunció ayer un fortísimo descenso de los beneficios netos, el 72%. Además, en los resultados de Telefónica también se observan otros datos relevantes. El más llamativo es el estancamiento, que es un empeoramiento en algunos casos, de una buena parte de sus negocios. La excepción está en Telefónica Móviles, que se ha convertido en auténtico motor de los resultados del grupo.
Otro de los grandes damnificados por la crisis que atraviesa Argentina es Repsol YPF. Sus beneficios trimestrales también se han reducido de manera notable (un 49,2%). En este comportamiento también han influido la caída de la cotización de los precios del crudo y el descenso de los márgenes de refino en los mercados internacionales. Esta mala evolución de resultados ha impedido al grupo que preside Alfonso Cortina reducir la deuda financiera, uno de sus principales lastres. De ahí, la decisión de desprenderse de hasta un 23% de una de sus joyas, Gas Natural, de la que hasta ahora poseía el 47,04%. La decisión no ha sido bien acogida por algunos analistas, por lo que representa de debilitamiento del grupo.
Con todo, los beneficios de las principales empresas cotizadas españolas crecieron un 6,55% en el primer trimestre de este año sobre el mismo periodo de 2001. La explicación a esa aparente contradicción está en las fuertes plusvalías atípicas logradas por algunas empresas como consecuencia de operaciones singulares de venta de activos.
Los resultados extraordinarios han venido a salvar unas cuentas en las que la crisis argentina sigue siendo un pesadísimo lastre. No hace ni un año que las empresas proclamaban, con el asentimiento expreso de los analistas, que tenían prácticamente cubiertos por completo sus riesgos en el país austral y que el impacto sobre resultados de un empeoramiento de la situación sería mínimo. Sea porque el análisis de entonces estaba errado o porque la crisis se ha agudizado aún más de lo previsto, lo cierto es que la factura de argentina ha resultado muy severa para las empresas españolas a pesar de sus intentos de capear el temporal repatriando fondos en la medida de lo posible.
Las elevadas plusvalías apuntadas por Endesa por la venta de Electra del Viesgo y generadas para Ferrovial al reducir su participación en Cintra compensan el deterioro de las cuentas de Repsol YPF y de Telefónica a la hora del análisis global. La realización de plusvalías, que también tiene lugar en Repsol YPF y en los grandes grupos bancarios, se produce al calor de una reforma fiscal -introducida en el impuesto de sociedades a través de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de este año- que en la práctica reduce del 35% al 18% el tipo de tributación de las ganancias de capital de las empresas. Esa reforma implica un multimillonario ahorro de impuestos para las grandes empresas españolas.
Con todo, el beneficio neto consolidado atribuible de enero a marzo sólo desciende en ocho empresas de las 35 que componen el Ibex y únicamente dos (Terra y Sogecable) cierran el trimestre con números rojos. En la mayoría de las empresas menos expuestas a Latinoamérica, el beneficio continúa creciendo a tasas nada despreciables.