Cirsa Interactiva invierte 24 millones en las nuevas tragaperras informáticas
El grupo Cirsa, propiedad del empresario catalán Manuel Lao, ha realizado un esfuerzo inversor durante los dos últimos años para garantizarse el liderazgo en el segmento de las máquinas tragaperras. A través de su filial Cirsa Interactiva, el grupo ha invertido 24 millones de euros en el desarrollo de máquinas recreativas informáticas. Estas nuevas tragaperras son ordenadores personales con pantalla táctil que están conectados a una central informática desde donde se controlan todas las terminales de la red.
Las terminales informáticas pueden realizar las mismas funciones que las máquinas tragaperras mecánicas que actualmente están instaladas en bares y bingos. Sin embargo, al estar conectadas a través de una red a una central, es posible realizar juegos simultáneos en las diferentes terminales. Por este motivo, la instalación de las tragaperras informáticas está supeditada a la licencia que puedan otorgar las diferentes autonomías.
'Hemos invertido mucho dinero y tiempo en la creación de una tecnología que sólo nosotros y otros dos grupos en todo el mundo tienen, pero es el futuro', explicó el presidente de Cirsa, Manuel Lao. 'Nos hemos adelantado, pero tener la tecnología es la única manera de poder pedir a las comunidades autónomas que autoricen nuevas modalidades de juego', aseguró.
'Actualmente, el Gobierno de Baleares está ultimando la convocatoria de un concurso para licitar este tipo de juego', señaló el director general de Cirsa Interactiva, José Luis Aranda. La compañía se presentará a este concurso y al que previsiblemente convocará la comunidad gallega cuando finalice el estudio que está realizando sobre esta modalidad de juego.
En opinión de Aranda, 'las terminales informáticas convivirán durante un tiempo con las tragaperras tradicionales, ya que son complementarias'. Entre las ventajas que incorporan estos ordenadores se incluye la posibilidad de jugar a través de una tarjeta con chip en la que se restan los importes jugados o se suman los premios ganados.
'El coste de compra para un bar será superior, ya que el ordenador es más caro, pero la amortización es mucho más larga, ya que con estas terminales existe la posibilidad de cambiar de juego sin cambiar de máquina', indicó Aranda. Estos ordenadores también pueden utilizarse para instalar programas no ligados a juegos con premio, 'también pueden sustituir al viejo pin-ball', señaló Aranda.