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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Inversión bajo mínimos

El negativo comportamiento de la inversión empresarial es en estos momentos la principal incógnita que pesa sobre la recuperación de la economía española. El último informe de coyuntura del Banco de España, correspondiente al primer trimestre, hace especial hincapié en que el crecimiento se sigue sustentando en el consumo privado y en la construcción, mientras alerta de la debilidad de las exportaciones y, especialmente, de la languidez inversora, que aparecen como las más serias incertidumbres para el crecimiento. Pero la situación es lo suficientemente preocupante como para merecer más que una simple señal de aviso. Los datos de Contabilidad Nacional muestran que la formación bruta de capital fijo lleva en España cinco trimestres consecutivos de caída en tasas intertrimestrales y, en tasa interanual, no registra signo positivo desde el primer trimestre de 2001.

Estos datos se reflejan como en un espejo en la sobrecapacidad de las fábricas. La utilización de la capacidad productiva de las empresas, que en el primer trimestre fue del 76,9%, tres puntos menos que en igual periodo de 2001, no registraba una tasa tan baja en términos anuales desde 1994. Esto indica que las empresas siguen colocando las existencias almacenadas, pero también que los empresarios son remisos a retomar planes inversores hasta que no se despeje el horizonte. En este sentido, parecen dudar de una recuperación internacional fuerte e inmediata que anime la demanda exterior. La debilidad que experimentan las economías de los principales clientes en el exterior de las empresas exportadoras españolas (Francia y, especialmente, Alemania) sustentan esta postura de esperar a invertir e, incluso, de aplazar inversiones previstas.

Las patronales y asociaciones industriales, no obstante, hacen un ejercicio de optimismo y, en general, consideran que a finales de este año se verán síntomas más claros de recuperación y, por tanto, de reactivación de la inversión. La debilidad de ésta, sin ser homogénea, presenta su cara más dramática en el sector de bienes de equipo. Aunque los responsables de la patronal del sector, Sercobe, aseguran que 'de momento' la situación no es grave, porque se partía de un buen ejercicio como el 2000, lo cierto es que la inversión en equipos cayó un 2,2% en 2001, y este año puede ir en una línea parecida. Si esta situación se prolonga en el tiempo, la confianza empresarial se verá peligrosamente dañada y la inversión no podrá ejercer el deseable papel reactivador de la recuperación.

Eso indica que la recuperación necesitará seguir sustentándose, aparte del consumo, en la construcción. La inversión en esta última no da síntomas debilidad, con tasas de crecimiento en torno 5% en el primer trimestre, semejantes a la demanda de cemento, y una actividad fuerte. El sector, además, tiene los ojos puestos en el Plan de Infraestructuras -115.000 millones de euros hasta 2007-, que también será un balón de oxígeno para más de un subsector de bienes de equipo.

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