El Congreso de EE UU rechaza suavizar los aranceles al acero
La propuesta votada en la Cámara de Representantes pasaba por mantener aranceles a las importaciones de acero, pero siguiendo las recomendaciones de la Comisión de Comercio Internacional. Su propuesta supone una reducción en la práctica de los aranceles hasta niveles no superiores al 20%, en lugar del 30% fijado por el presidente de EE UU, George Bush, como tope máximo de las tarifas.
La propuesta, lanzada por un representante demócrata, refleja el temor a que los aranceles acaben perjudicando a la propia industria nacional. De hecho, algunos puertos industriales e industrias del sector del automóvil ya han denunciado el daño que los aranceles les supone a su actividad.
La medida aprobada por Bush ha puesto, además, a muchos republicanos en una situación incómoda, dada la tradición del partido en favor del libre mercado y por el enfrentamiento comercial abierto con la Unión Europea. Sin embargo, en este sentido, Washington ha empezado a calmar los temores a una guerra comercial.
EE UU es consciente de la división de criterios en el seno de los Quince respecto a las medidas a tomar en el conflicto del acero y considera que finalmente Bruselas no recibirá la autorización necesaria para aplicar las medidas de represalia que pretende, a juicio de Washington contrarias a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
'Confiamos en que la razón prevalecerá fuera de Bruselas [la Comisión Europea] y que los Estados miembros apoyarán el seguimiento de las reglas de la OMC y rechazarán acciones unilaterales', aseguró el número dos de la representación comercial estadounidense, Josette Shiner.
Alemania, Suecia y Reino Unido defienden su apuesta por alcanzar algún tipo de acuerdo con EE UU antes que la aplicación de sanciones, pese al respaldo que ofrecieron el lunes a las medidas propuestas por la Comisión Europea.
Bruselas, de momento, ya ha presentado una queja formal ante la OMC, que ayer fijó el próximo día 22 como fecha para la reunión formal de la comisión de disputas. Según fuentes diplomáticas, EE UU puede bloquear la celebración de la sesión en esa fecha y que, en una posterior, se sumarían a las protestas europeas Japón, Corea del Sur, China y Suiza.
Quien sí parece dispuesto a tomar represalias es Japón, pero sólo en lo que respecta a las importaciones de planchas de acero. El Gobierno confirmó ayer que prepara sanciones contra productos estadounidenses por valor de 5,4 millones de dólares (casi seis millones de euros).
El objetivo inicial de la propuesta, al igual que la de la Comisión Europea, es presentar ante la OMC la posible lista de sanciones contra EE UU dentro de los plazos que fija la organización, en este caso el 17 de mayo. Posteriormente, el Gobierno decidirá si aplica o no las represalias.
Cita en París
Los ministros de Comercio de los países industrializados se reunirán la semana que viene en París, en el marco de la reunión anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Será en este encuentro donde todos los países afectados tendrán la posibilidad de debatir tanto el conflicto surgido por el acero como el que se avecina con la nueva ley agrícola de EE UU.
El Senado se aprestaba a aprobar anoche una ley, que Bush se ha comprometido a firmar de inmediato, por la que los subsidios a los agricultores aumentarán un 70% en 10 años.
La Unión Europea ya ha denunciado que la legislación es contraria a los compromisos alcanzados en Doha para lanzar una nueva ronda de liberalización mundial.